Transformados Un viaje cristiano urbanoMuestra

Obedece a tu sed

Marina Mason

¿Sabías que el agua transporta nutrientes en tu cuerpo? ¡El agua también regula la temperatura de tu cuerpo y ayuda a eliminar los desechos de tu cuerpo! No sé tu, pero en mis días ocupados, de repente, ¡quiero un refrescante vaso de H2O!

Como ex jugadora de baloncesto de la universidad, he experimentado muchos momentos de extrema sed. La actividad física extenuante me dejó encorvada y fatigada en el silbato final, al borde de la deshidratación. Recuerdo haber agarrado mi botella de agua, sabiendo que el refrigerio vendría pronto.

 Llega un momento en la vida cuando esperas que suene el silbato, tal vez esperando un descanso para beber agua debido a la sed extrema, o un tiempo de pausa por agotamiento o la necesidad de reagruparse y planificar una estrategia de «juego» o plan. O en silencio, después del desvanecimiento de la victoria, hay una sed en tu espíritu. Un momento en el que el vacío ya no puede llenarse con la actividad de nuestro propio trabajo o por un sistema configurado para distraerte y agotarte. Un momento en el que te susurras a ti mismo: «Tiene que haber más que esto en la vida».

Hace miles de años, una mujer se encontró diciendo la misma frase. Ella iba a un pozo en busca de agua. Se sentía atrapada en una vida en la que había estado buscando amor, significado, importancia y realización en los lugares equivocados. Ella había confiado erróneamente en hombres que no podían satisfacer sus necesidades más profundas.

Pero, ese día, se encontró con el autor de la vida, ¡el creador del agua! Conoció a alguien que le dio un tipo de agua diferente. Esta agua te llena de tal manera que no podrás contener el manantial de agua viva que brotará dándote vida eterna.

A menudo, no nos permitimos pensar en cuán desesperadamente necesitamos el agua viva que viene de Jesús. El agua del pozo de este mundo que nos rodea equivale a meros sorbos en la línea lateral. Necesitamos pedir un «tiempo de descanso» completo. Hoy, en este mismo día, obedece tu sed. ¡Nuestro espíritu anhela reconectarse con nuestro Padre! ¡Jesús es la fuente de agua fresca, que fluye, agua que revive, refresca y nunca se seca!

Oración

Señor Jesús, tú eres el Agua Viva. Vengo a ti sediento, listo para obedecerte y recibirte. ¡Lléname!