Mejores JuntosMuestra
QUINTO DÍA: “No la misma ofrenda sino el mismo sacrificio”
Hay una larga fila y Jesús está sentado mirando toda la procesión. Los primeros de la fila se felicitan a sí mismos, orgullosos de lo que están a punto de hacer: sacan sus sacos, sacan sus monedas de oro y plata, las dejan caer ruidosamente en el contenedor guiñando el ojo a la siguiente persona en la fila mientras dejan caer una preciosa moneda tras otra en el tesoro. Luego viene una mujer, viuda, evidentemente pobre; estoy segura de que debe haber mirado a su alrededor, sabiendo que no podía competir con aquellos que eran ricos. Esta mujer levanta los ojos hacia el cielo y susurra una oración mientras deja caer las monedas más pequeñas, tan livianas que ni siquiera hacen ruido cuando golpean el fondo del recipiente. Es todo lo que tiene.
Cuando se trata de dar, a menudo podemos quedarnos estancados en la cantidad de nuestra ofrenda, pensando que la cantidad de nuestro regalo es lo que abre el cielo y a los demás hacia nosotros. Una de las cosas increíbles de este momento es la persona a la que Jesús elige destacar. Jesús no mira la mano que esta tirando monedas en el recipiente. Jesús no mira la cantidad de mi regalo tanto como mira su valor. Cada vez que damos estamos comunicando un valor. No a los demás en un sentido económico, sino a nosotros mismos. El valor está determinado por el peso que nosotros, como individuos, le damos a los regalos que ofrecemos. Cada vez que ponemos las finanzas a un lado, estamos asociando un valor a ese recurso. Jesús miró a quienes daban mucho en términos económicos, pero poco en términos de valor. Jesús miró a través de ellos y les dijo que era menos porque tenía muy poco valor para aquellos que lo ofrecieron. Pero por esta mujer, por esta pobre mujer andrajosa y viuda, Jesús lo detiene todo y la elogia; no por la cantidad económica de su regalo, sino por el gran valor que tenía para ella cuando se lo dio.
La realidad es que mientras estemos en este mundo tenemos que luchar por ver con los ojos de la fe. Dios no toma en cuenta lo que damos; él toma en cuenta el corazón detrás de nuestra dádiva. Mientras preparas tu corazón para dar en cualquier área de la vida, no desprecies lo que tienes para ofrecer. Ofrécelo con un corazón completamente rendido y ve cómo Dios honra tu ofrenda y usa tu corazón como un faro de luz para muchos.
A menudo, nuestra ofrenda se alinea con nuestro temor de que no somos suficientes, de que lo que tenemos para ofrecer es insignificante, o de que no tenemos el poder de marcar la diferencia. Pregúntate a ti mismo hoy, ¿qué dice Dios acerca de lo que tengo para ofrecer? ¿Cómo debe cambiar mi confesión sobre mi ofrenda?
Resiste el impulso de compararte con los demás mientras das de ti mismo. Ve tu ofrenda de la misma manera que lo hizo la viuda, con los ojos mirando al cielo y el corazón confiado.
Escrituras
Acerca de este Plan
Te invitamos a unirte a nuestra familia de Hillsong Costa Este a medida que nos hacemos “Mejores Juntos”. Acompáñanos durante los próximos siete días mientras recibimos fe para dar con generosidad y ser parte del impacto colectivo del reino. El “Corazón por la Casa” es una ofrenda anual de sacrificio que está por encima de los diezmos y ofrendas normales en la Iglesia Hillsong.
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Nos gustaría agradecer a Hillsong Church East Coast por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://bit.ly/H4TH-giving