[Serie 1 Juan] La vida real camina en la luzMuestra

¡No te rindas! ¡No te rindas! ¡No te rindas!

Pienso que algunos padres se rinden. Pensamos: «Bueno, los niños serán niños y las niñas serán niñas. Eso es lo que ellos hacen».

Escúchame fuerte y claro. No tienes que ver pornografía. Tú no debes tener sexo antes del matrimonio. Tú no tienes que ir de fiesta y emborracharte. No tienes que ser infiel o mentir. Tú no tienes que decir groserías. Tú no tienes que experimentar con drogas. Tú puedes ser un hombre o mujer de Dios y caminar con Dios. 

Algunos de nosotros pensamos, «Todos lo hacen». No. No todos. Eso es hacer normal algo que es destructivo. De hecho, si todos están haciendo eso, esa debe ser la razón por la cual tú no debes hacerlo. El pecado entorpece nuestra comunión con Dios y obstaculiza nuestra comunión con otros; eso desordena tu relación con tu hijo, tu hija o tus padres, porque el pecado siempre separa las relaciones. Nadie en la historia del mundo ha dicho, «Mi familia es genial porque mi papá tuvo una aventura. Mi familia es increíble porque mi mamá es alcohólica. La desobediencia de nuestros niños ha hecho más por nuestra unidad, que cualquier otra cosa». No. El pecado siempre separa. Es el verdadero asesino del gozo.

Sin embargo, creamos este mundo disfuncional y nos justificamos a nosotros mismos. Algunos amigos están viviendo en autoengaño. Ellos tienen dividida la santidad personal que camina con Dios en la luz, de la justicia social que cambia el mundo y lo hace mejor. Esas dos cosas tienen que conectarse.

Esta generación joven se opone al tráfico humano más que ninguna otra generación anterior. Sin embargo, esta generación también es la más involucrada con la pornografía, que ninguna otra. Pensamos que estas dos cosas no se conectan, pero lo hacen, la pornografía está fundamentada en el tráfico humano. Rechaza la santidad personal, mientras trabaja por la justicia social, es como desenmascarar a un político corrupto y después donar para su campaña.

Cambiamos el mundo cuando entendemos que la santidad personal y la justicia social están conectados. Los abolicionistas que terminaron con la esclavitud en Estados Unidos eran creyentes en Jesús, que entendieron que Dios había establecido igualdad como valor intrínseco en todas las personas. Los hospitales, fueron iniciados por creyentes que querían ayudar y ministrar a la gente en sus grandes necesidades. Los creyentes crearon los orfanatos, porque ellos entendieron que los niños son preciosos para Dios.

No vivas en un autoengaño. Dios está llamando a cada uno de nosotros a caminar en la luz. Cada adolescente puede ser piadoso y caminar con Dios. Padres, el más alto llamado que tenemos es ayudarlos a hacer eso.