El Amor tiene NombreMuestra

Dios Fuerte 

Isaías 9:6

Terremotos, tsunamis, huracanes y erupciones volcánicas entre muchos otros desastres naturales son situaciones que al imaginarnos en ellas nos producen angustia y temor; incluso al vivirlas sentimos la fragilidad de la vida y la impotencia al perder el control frente la fuerza de la naturaleza. ¿Cómo controlas tus emociones frente a un desastre natural?

La angustia, frustración y tristeza que vivimos ante cualquier adversidad nos desafían a permanecer fortalecidos, porque en Jesús encontramos a nuestro Dios fuerte. La fortaleza es lo opuesto a la fragilidad y a la debilidad. Dios es fuerte, esa es su naturaleza, el ser humano es frágil y débil, esa es su naturaleza. Siendo así, si nos asociamos con Dios podemos llegar a ser fuertes. ¿En qué momento te has sentido fuerte?

“Dios es nuestra fortaleza”, así decía el salmista en medio de los temores que le causaba la fuerza de la naturaleza; acudía a la protección de Dios, la cual era su mejor alternativa, pues resalta cómo en Dios encontraba su amparo, dándole el aliento para seguir adelante en medio de la dificultad.

Aunque sea inevitable sentir impotencia en situaciones donde sentimos perder el control de las cosas que están pasando, Dios quiere en esos momentos ser nuestro protector, Él desea cubrir nuestras vidas no solo de las cosas físicas que puedan dañarnos sino de todo ataque espiritual que pueda doblegar nuestro ánimo.

Jesús es Dios fuerte, Él tiene el poder; además, quiere y puede cuidarnos de todo lo que Satanás quiere hacer para que suframos a causa de nuestras debilidades.

Jesús derrotó a Satanás en la cruz y si le obedecemos a Él, podemos ser libres de toda la maldad del mundo de las tinieblas.

Recuerda

1. Dios es nuestra fortaleza. Salmos 46:1-2
2. Dios es nuestro gigante protector. Jeremías 20:11
3. Dios es nuestra poderosa cobertura. Salmos 91:1-2

Hoy nuestro Dios fuerte nos muestra su amor en Salmos 46:1-2 “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar”.