El NarradorMuestra

¡Imagina que tienes dos imanes y que colocas uno sobre una mesa y lentamente empujas al otro hacia él, y de repente vuelan juntos! 

Este versículo es similar a los imanes: cuando un imán se acerca al otro, el otro viene a su encuentro. Cuando te acercas a Dios, Él regresa inediatamente a recibirte. Quizás algo te ha impedido acercarte a Dios. No importa lo que te haya detenido en el pasado, escucha lo que Santiago está diciendo ahora. Puedes acercarte a Dios y puedes saber que Él se acercará a ti. Él estará allí esperando. En el momento en que te muevas hacia Dios, verás que Él ha estado allí todo el tiempo yendo hacia ti. Esta semana, pregúntale a un amigo de confianza o al líder de grupo pequeño cómo se siente acercarse o aproximarse a Dios. Pídeles que te ayuden a hacer lo mismo, recordando que Él está allí listo y esperándote.