[Serie Máximo Gozo] Parados en las promesas de DiosMuestra

La oración por los pródigos

Busqué pródigo en el diccionario, decía que "pródigo" significaba "desperdicio". Un hijo pródigo es aquel que desperdicia su vida. Hay muy pocas experiencias en la vida más desgarradoras para un padre que tener un hijo pródigo. Tener un hijo con discapacidad mental o física puede poner a prueba la paciencia y el amor de cualquier padre. Pero ver a un niño o un amigo desperdiciar su vida causa mucho dolor.

Mientras Juan termina su libro sobre el "fruto de la comunión", su mente está enfocada en orar por los hermanos o hermanas cristianos que pueden haber recorrido una gran distancia por el camino del pecado. Algunos, incluso pueden estar a punto de caerse de un acantilado a una muerte física prematura. Por esta razón, nos anima a que oremos por ellos, como acto de amor.

No debería sorprendernos descubrir que Juan continúa con su afición por los tres (tríadas) mientras cierra su carta. En su conclusión, nos alerta sobre sus puntos finales: "Sabemos que..." (v. 18); "Sabemos que..." (v. 19); y "sabemos que..." (v. 20).

El estímulo que brinda se refiere a saber que cada creyente, incluido un hijo pródigo, tiene "la semilla de Dios" dentro de él (v. 18), y sabemos que todo creyente, incluido un hijo pródigo, está realmente del "lado de Dios" sea que lo sepa o que no (v. 19). Y sabemos que todo creyente, incluido un hijo pródigo, tiene la "linterna de Dios" en su poder en caso de que alguna vez se pierda y quiera encontrar el camino a casa (v. 20). Veamos estos dos puntos en detalle:

La Semilla de Dios: “Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno” (5:19) NVI. 

Juan nos da palabras de aliento: es reconfortante y tranquilizador saber que Dios está de nuestro lado, que nosotros somos de Dios. Ser "de" alguien (pertenecer) en 1 Juan es estar del lado o de la parte de alguien. Ser "de Dios" significa que estamos de Su lado, y que Él está de nuestro lado. El hijo de Dios que deambula sin rumbo fijo en la oscuridad siempre tendrá una incomodidad básica. Siempre sabrá que algo está mal, que algo simplemente no está bien. Debido a que la semilla de Dios está dentro de tu hijo o amigo creyente, él está del lado de Dios, ya sea que lo sienta conscientemente o no, y se sentirá como un extranjero en este mundo. Dios puede convertir esta incomodidad en asco para que quiera volver a casa. ¿Pero cómo va a volver a allí?

La linterna de Dios: “También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna” (5:20-21) NVI. 

Esta es la única vez que Juan usa la palabra entendimiento (dianoian) en esta carta. Habla de un sistema de radar espiritual, reflector o linterna que el Espíritu Santo usa para dirigirnos al Dios verdadero. Hay muchos dioses falsos en el mundo (como advierte el siguiente verso), que nos pueden llevar lejos del camino de Dios. Este sistema de orientación interna puede ayudar a llevarnos a casa.

¿Quién es tu amigo pródigo o familiar que está desperdiciando su vida detrás de dioses falsos? ¿Quién es ese querido amigo que está perdido y necesita volver a los brazos del Padre? Te animo a orar por ellos, a mantenerlos en tus oraciones, a pedirle al Espíritu Santo que los convenza de pecado y que los guíe de regreso a casa.