[El propósito eterno] Manifestación del propósito eternoMuestra

Timoteo

Pablo explica a Timoteo que, si bien era cierto que el emperador había cambiado, la persecución era feroz, que lo habían abandonado, que parecía ser que todo lo que había avanzado no tenía sentido, carecía de propósito o significado; él, ahora, estaba en la cárcel por causa de Cristo, prisionero de los hombres, pero libre para Dios. 

Le dice: Timoteo, no te avergüences de dar testimonio de mí, no te vayas a sentir mal cuando te pregunten: "¿Y dónde está tu apóstol?" Porque nos encanta que los nuestros estén en las glorias de los hombres, porque eso da identidad y nos hace saber que pertenecemos a algo grande. Él debía entender que a su apóstol lo acababan de meter preso y que le escribía desde la prisión para decir: «no te avergüences de dar testimonio de mí, no solo de lo que yo he hecho sino de quien soy».

Timoteo, tranquilo, «participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios que nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro salvador Jesucristo». Puede ser que para los hombres yo no haya avanzado mucho, quizá nunca lograré estar en las palestras de los famosos, quizá nunca arranque aplausos a los políticos de mi ciudad, quizá nunca me vayan a consultar para ver cuál es mi parecer en cuanto a las leyes que ellos van a establecer, quizá mi tarea no tiene que ver con el foro público, pero en esa pequeña congregación, en medio de esa ciudad que parece que no avanza, que las leyes van de mal en peor, que la gente tiene cada vez menos compromiso, hay un prisionero de Cristo. 

Pablo le dice: "Timoteo, ese sentido fatalista lo cura el propósito eterno" y de eso se trata la carta. Pablo dice a la iglesia que ahora lleven una vida diferente a la de los paganos, les dice que lo que regula su vida en esta generación es lo que Dios se había dispuesto a hacer y por lo cual nos ha llamado. E introduce una frase en el versículo cuatro: «Según nos escogió en Él desde antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos, sin mancha» para esta gente hablar de que Dios los había escogido, de que no eran los dioses de los paganos, de que no eran los mitos que ellos estaban acostumbrados a estudiar en sus escuelas filosóficas, sino de que había un Dios eterno que se había propuesto algo en amor.