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Caminando en el gozo de DiosMuestra

Caminando en el gozo de Dios

DÍA 1 DE 5

 El gozo es un fruto del Espíritu Santo

El gozo como fruto se presenta como una competencia espiritual sobrenatural, impartida por el Espíritu Santo, con el fin de habilitar al creyente para manejar adecuadamente sus emociones y lidiar con los desafíos de la vida espiritual. 

La palabra griega utilizada para designar gozo en Gálatas 5:22 es la palabra jará que traduce alegría, deleite, calma (deleite calmo o felicidad calmada); y da la idea de un estado de bienestar y fortaleza. Ese es el estado que el creyente es capaz de exhibir y expresar en su andar diario, sin importar las circunstancias.

El gozo del Señor es perdurable como lo es Dios

El amor, la paz, el gozo y el resto de los componentes del fruto del Espíritu Santo representan el amor, la paz, el gozo... de Dios mismo, que es impartido al creyente. Y Dios es inmutable (no cambia). Así, pues, como es la naturaleza de Dios, así es el fruto del Espíritu Santo que Dios provee: estable, constante, firme, autónomo, alimentado de la propia existencia de Dios. Es por eso que este estado espiritual no está condicionado por las circunstancias externas: favorables o desfavorables; ni es alimentado por un fuente interna, autónoma e intrínseca al hombre, sino que fluye de su relación con Dios

Por eso el fruto perdura a pesar de las circunstancias. Eso es así porque Dios no se turba, no se deprime, no desfallece, no se llena de temor, no se angustia, no se desestabiliza, no se desanima; por lo tanto, siendo que el gozo como fruto del Espíritu Santo proviene de Dios, éste (el gozo) no está afectado por las circunstancias de la vida. Dios es predecible en esos aspectos, por lo que podemos confiar que, en medio de tribulaciones, vicisitudes y adversidades, tendremos fortaleza, deleite calmo y contentamiento, propios del fruto del gozo. 

Día 2