Caminando en el gozo de DiosMuestra
Asumiendo el gozo del Señor
¿Con qué actitud afrontas las tribulaciones y dificultades de la vida? ¿En medio de las tribulaciones y pruebas te acompaña el gozo (Santiago 1:2)? ¿Has experimentando en medios de tribulaciones y vicisitudes específicas, la fortaleza que produce el gozo del Señor?
Filipenses podría considerarse la epístola del gozo. El tema central a lo largo de ella es el gozo. Es admirable que el apóstol Pablo escribiera esta carta alentando a los creyentes a que estén regocijados, pues en ese momento estaba en la cárcel; más aún su vida corría un gran peligro de muerte.
Esta exhortación de Filipenses 4:4 es un mandato a estar siempre gozosos, a ejercer constantemente el gozo como una disciplina. No ocasionalmente, o cuando las circunstancias sean favorables, sino siempre: Regocijaos en el Señor siempre. Ahora, ejercer el gozo como una disciplina requiere disposición (actitud) de corazón, convicción en fe, enfoque, determinación y acción deliberada. Esa es la parte que al creyente le corresponde en la meta de andar en el gozo del Señor. A Dios le corresponde impartir y llenar de su gozo (fruto del Espíritu Santo) como consecuencia de que el creyente anda en el Espíritu y permanece en Cristo.
Esta exhortación de regocijarse cualquiera sea la circunstancia puede parecer absurda. ¿Puede uno regocijarse cuando los que uno ama sufren, o cuando se padece una enfermedad terminal, o cuando se sufre persecución, o se está ante una situación de altísimo riesgo? La palabra de Dios dice que sí es posible, y aun nos exhorta a hacerlo.
Humanamente hablando parece imposible, por mucha madurez emocional, o fuerza de voluntad que se tenga; pero el gozo no es la resultante del esfuerzo o mérito humano, sino de la obra del Espíritu Santo en el creyente que ha rendido por fe su vida a Jesucristo. No se llega al gozo del Señor – fruto del Espíritu Santo – como resultado del esfuerzo humano, sino que es el resultado sobrenatural del control de Espíritu Santo sobre la vida del creyente.
Escrituras
Acerca de este Plan
El gozo de Dios es un fruto del Espíritu Santo que capacita al creyente para sobreponerse a las tribulaciones y adversidades.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/