Cómo cultivar un corazón sanoMuestra

Un corazón lleno de amor se mantiene sano

Sin amor estamos arruinados. No importa la fe que profesemos, las virtudes que tengamos, los talentos que poseamos, ni las obras de servicio que realicemos; tampoco importa las capacidades o el nivel de educación que alcancemos. “Si no tengo amor, nada soy”. (I Corintios 13:2). El amor es lo que le da valor a todo lo que somos y hacemos.

Un corazón sin amor es un corazón enfermo. Por el contrario, un corazón lleno de amor es un corazón sano, perdonador y compasivo. Es necesario, entonces, entrar por el camino del amor. Ese camino es Dios.

El amor trae sanidad

El amor crea un ambiente sano en el corazón del ser humano; sana nuestras emociones tóxicas y dañinas y nos ayuda a vencer el temor paralizante. En 1 Juan 4:18 la Biblia dice: “El amor perfecto echa fuera el temor…”. Jesús nos anima a amar a los que nos causan dolor y nos ofenden, y así poder luchar contra el resentimiento y el odio (Mateo 5:43-45). El amor es la cura contra las ofensas y agravios.

Ahora, no basta con decir que amamos. No se ama sólo con palabras o con buenas intenciones, se ama desde las acciones. El amor no es neutro; es dinámico, siempre está en movimiento, por eso no basta con no pagar mal por mal. Es necesario actuar con determinación para que el amor sea real. 

El amor: más que emoción 

El amor no es una mera emoción, ni una preferencia o una afinidad. No está basado en la correspondencia o reciprocidad. No depende de los méritos personales. El amor es una decisión, y no una reacción emocional. El amor es lo que hacemos y cómo nos relacionamos con las personas; se trata de compromisos, comportamientos y decisiones. El amor es un principio rector.