[Serie Todo lo que necesitas es amor] Días Bonitos y Huracanes Muestra

Amémonos unos a otros

Hay un libro que he leído llamado "La Tormenta de Isaac", de Erik Larson. Es un libro viejo pero bueno. Es sobre un huracán que ocurrió en Galveston, Texas, el 8 de septiembre de 1900. Un huracán pasó por la ciudad y más de 6.000 personas murieron. Es el mayor desastre natural de la historia americana hasta el día de hoy. La descripción de esa mañana fue dada por Buford T. Morris, un agente inmobiliario que pasaba sus fines de semana en Galveston. Dijo: "El cielo parecía estar hecho de madre perla: gloriosamente rosa, pero contenía un efecto de escamas de pescado que reflejaba todos los colores del arco iris. Nunca había visto un cielo tan hermoso". Eso fue horas antes de que el huracán golpeara. Hay días bonitos antes de los huracanes.

Amarse es un gran mandamiento, pero ¿sabías que hay tormentas en nosotros cuando amamos a los demás? Piensa en las personas más cercanas a ti, las tres o cinco relaciones más cercanas. Nuestra esposa o esposo nos irrita más que nadie. Hay veces en que se gesta una tormenta en nosotros, hasta puede haber un huracán de odio dentro de nosotros.

El huracán de odio puede estar en nosotros, pero tenemos que darnos cuenta de que los huracanes construyen. Nunca se enciende simplemente la televisión y de repente hay un huracán en el golfo. Lo que suele suceder es que comienza con una perturbación. Luego hay una depresión tropical seguida de una tormenta tropical. No prestamos demasiada atención al principio, ¿verdad? No es hasta que la tormenta se convierte en huracán, hasta la categoría 5, que reaccionamos. Aquí en Houston, evacuamos a San Antonio o Dallas. Es una progresión.

Quiero que sepas que lo mismo sucede en tu vida, con tu trabajo, hijos, padres, cónyuge y más. Es una progresión. Puede comenzar en el hogar como un disturbio tropical, convertirse en una depresión tropical, luego en una tormenta y terminar siendo un huracán de categoría 5. Sucedió con el Huracán del Odio en Caín y Abel. Eran dos hermanos y luego Caín cometió el primer asesinato registrado en la Biblia. Tal vez estás pensando, "Bueno, yo no soy un asesino, ¿cómo se aplica esto a mí?". Se trata de tu corazón. ¿Cómo estás amando a los que están cerca de ti? ¿Estás constantemente construyendo sentimientos de agravio y frustración, o estás permitiendo que el amor de Dios sea la fuente de tus elecciones con los demás?