[Serie Rescate] Esperanza en el dolorMuestra

Protegido

Dios es nuestro salvador y a través de la fe en él, su poder te protegerá. La fe es la palabra clave aquí. Este rescate y protección no viene por lo que haces. Es a través de su confianza en él que su poder te protegerá hasta el último día. No hay pecado más fuerte que el poder de Dios. No hay pecado más fuerte que la sangre de Cristo, ni ninguna acción o actitud que pueda arrebatarte de su mano. Él es todo poderoso, omnipotente.

Puedes estar seguro de tu salvación. En el libro de Romanos, Pablo escribió que ni la muerte ni nada podría separarnos del amor que hay en Jesucristo. Si pudiera elegir un versículo que creo que explica esto mejor, tendría que ser 1 Juan 5:11-12. Dice: «Dios también ha dicho que nos dio vida eterna y esta vida nos llega de su Hijo. Y así, si tenemos al Hijo de Dios, tenemos esta vida. Pero si no tenemos al Hijo, no tenemos esta vida».

¿Ves cómo Dios nos rescató? Hay un nuevo nacimiento en una esperanza viva que nos da una herencia eterna. Recibimos esto no por lo que hemos hecho, sino simplemente por lo que somos. Somos los hijos de Dios, que confiamos en él y tenemos fe en su obra. Esta nueva vida y herencia están protegidas por su poderoso poder en el cielo. No se puede perder. Estás protegido hasta el último día. Eso, mi amigo, es el rescate de todos los rescates.

El cristianismo no se trata de ir más veces a la iglesia. No se trata de piquetear esto o estar en contra de eso. Se trata de conocer a Jesús. Tienes una reserva en el cielo que nunca puedes perder cuando eliges a Cristo. Hay transformación en Cristo. Tienes una esperanza viva en las heridas que se te presentan. Mientras todos buscan esperanza en diferentes lugares, ten la seguridad de que el tuyo está vivo. Si conoces a Cristo como tu Salvador, él escribe tu nombre en su sangre. Si no has elegido nacer de nuevo, te animo a que lo hagas. Pon tu fe solo en Cristo y nacerás de nuevo en una esperanza con una gran herencia que nunca podrá ser quitada. Alabado sea Dios el Padre de nuestro Señor Jesucristo.

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