Tiempo con Dios en cuarentenaMuestra

«En el nombre de Jesús»

Hace algún tiempo, mientras me encontraba estudiando, se me propuso realizar un postgrado en el extranjero, ya que ciertas personas me consideraban intelectualmente talentoso. A cambio de ello debía sacrificar mi relación con Jesús. Mi respuesta decepcionó a muchos, consideraron mi elección por la cruz como un desperdicio de tiempo y de talento. Sin embargo, un millón de veces prefiero siempre el camino estrecho al camino fácil.

A fin de cuentas, si es voluntad de Dios que alcance una posición de prestigio profesional, eventualmente sucederá. Hoy por hoy prefiero concentrarme en servir al Señor, aún en el anonimato o siendo poco conocido. Muchos pueden decir que no hago nada, que pierdo mi tiempo en cosas comunes. Quizás tu también estés sirviendo en algún lugar poco conocido y sin muchas personas que te sigan. Déjame decirte que Dios lo ve todo, el Señor no dejará pasar por alto y en el olvido cualquier acto de amor que realices en su nombre.

En Colosenses 3:12-17 vemos que todo acto que realizamos debe ser enfocado hacia el Cielo, no para los hombres sino para la gloria de Dios. Desde lo más simple hasta lo más sofisticado debemos hacerlo con todas nuestras fuerzas y empeño. Nuestros actos y palabras deben reflejar a Jesús; todo debe ser hecho siempre con amor, humildad, gentileza y paciencia.

Debemos dejar que la paz gobierne nuestros corazones, siendo auténticos pacificadores, siempre mostrando gratitud a Dios, cualquiera sea la circunstancia que enfrentemos. El perdón debe ser nuestro estandarte, porque ya no vivimos nosotros sino que Cristo vive en nosotros; somos sus representantes y embajadores en el mundo.

Para ello debemos ser sinceros y coherentes en nuestras acciones. Debemos ser vivo reflejo de Jesús. Somos hijos de Dios; nuestra misión es vivir como Jesús lo hizo. Recuerda, nuestro verdadero señor es Jesús y sólo debemos esperar recibir la recompensa que verdaderamente importa de Él.