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Apropiándonos de la fortaleza de DiosMuestra

Apropiándonos de la fortaleza de Dios

DÍA 7 DE 9

“Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros”. 2 Corintios 4:7 - NVI

Abraham es un ejemplo de que nuestra fortaleza viene de Dios y se manifiesta en medio de nuestra debilidad. Así lo expresa Romanos 4:18-22: “El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años, o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia”.

El problema para muchos cristianos es que terminan fijando la atención más en la vasija de barro, es decir, en ellos mismos (sus capacidades, su inteligencia, su educación, su fuerza de voluntad, etc.), que en el tesoro que privilegiadamente contienen como vasijas, es decir, Cristo Jesús (2 Corintios 4:7).

Somos vasos de barro: frágiles, débiles y vulnerables; pero al mismo tiempo, paradójicamente, somos fuertes gracias al tesoro que contenemos: Cristo Jesús. Y es nuestra debilidad la que posibilita que todo el poder de Dios como El Shadday se manifieste en nuestras vidas. Si fuéramos fuertes y autosuficientes, Dios no podría manifestar todo su poder en nosotros.

Pero si permanecemos unidos a Dios (Juan 15:7), Él se impartirá en nuestras vidas con su fuerza y poder. Dios no imparte fuerza como un poder aparte de sí mismo, sino que se imparte a sí mismo, y se convierte en la fuerza en el creyente. La fortaleza no es una cualidad o capacidad que Él imparte, sino su misma presencia que nos inunda. El proceso de ser fortalecido ocurre de adentro hacia afuera. Él no reparte dones a sus hijos y después se desentiende, sino que opera y administra desde adentro los dones que imparte.

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Acerca de este Plan

Apropiándonos de la fortaleza de Dios

¿Cómo tomar de Dios la fuerza que necesitamos para sobreponernos a los reveses en la vida? Abraham es un modelo de cómo apropiarse de la fortaleza de Dios para prevalecer ante las adversidades. El padre de la fe un ejemplo de cómo aprender a tomar de Dios los recursos y la fuerza para vencer las dificultades, a pesar de las dudas y luchas que experimentó en su vida de fe.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/