VENCEDORES CON EL FRUTO DEL ESPÍRITUMuestra
Simples humanos representando a Dios
Una de las cosas más maravillosas de Dios es su disposición a que el hombre lo represente. ¿Cómo es posible que un simple ser humano represente ni siquiera de forma remota al arquitecto del universo? Ciertamente no sería posible tan solo por el esfuerzo humano o la ambición. Pero tenemos una promesa que eclipsa la determinación humana y a la vez nos equipa para la tarea, una promesa que se encuentra en Lucas 3:16.
La ascensión de Cristo fue el gran cumplimiento de toda su obra, toda su resistencia y todo su sufrimiento acumulado con su ascensión a la diestra del Padre. Él podría enviar el Espíritu y dejar que el fuego cayera solo cuando su obra aquí estuviera terminada; ese era el precio, el precio de que pudiéramos ser bautizados con el Espíritu y con fuego. El Cristo de fuego es el Cristo de la Biblia. Un Cristo sin fuego no es el Cristo de la Biblia. Si predicamos al Cristo de la Biblia, entonces deberíamos ejemplificar ese hecho estando “al compás del Espíritu”, porque “vivimos por el Espíritu”. Y al vivir por el Espíritu, damos el fruto del Espíritu que permite que el hombre se convierta en el mensaje.
Jesús no fue un mensajero de Dios, sino el mensaje, así como nosotros somos su imagen madurando en nosotros por medio del fruto del Espíritu. El propósito del Espíritu es convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:18). Ese siempre ha sido su interés. Él está con nosotros para ese único propósito, y al ir al compás del Espíritu, su fruto en nosotros es lo que convence al mundo. Por lo tanto, “si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:25).
Al ir al compás del Espíritu nos convertimos en el mensaje al dar su fruto. Y así como Jesús fue el mensaje, es su imagen la que florece en nosotros mediante su amor, gozo, paz, y todo el resto del fruto del Espíritu, haciendo que también nosotros seamos el mensaje… A través de nuestras vidas llenas de fruto glorificamos a nuestro Padre así como dijo Jesús: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” (Juan 15:8).
Escrituras
Acerca de este Plan
El fruto del Espíritu nos empodera para alzarnos por encima de las dificultades, testificar con más osadía, y personalizar su esperanza a un mundo desesperado. !Dios le ama! Reinhard Bonnke
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Nos gustaría agradecer a CfaN Christ For All Nations por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://new.cfan.org/