Vencer la frustraciónMuestra

Con los pies en el cepo

Así me sentí dos meses atrás, cuando comprendí que la situación que estamos viviendo por esta pandemia frustraba muchos de los planes que había hecho, viajes programados, falta de trabajo, no ver a los seres queridos, muchos pasando por lo mismo, gente que se quedó sin empleo, jóvenes que se perdieron la soñada graduación de colegio, muerte de personas conocidas, ausencia de una cura o solución inmediata, la lista podría seguir.

Frustración, miedo, ansiedad, grandes efectos colaterales de la pandemia.

Todos nos sentimos frustrados en algún momento. Se forma ese nudo en la garganta y nos invade una sensación de impotencia, como si quisiéramos salir corriendo, pero tienes los pies enterrados y no puedes moverte.

Me he sentido “con los pies en el cepo”, sin una salida, así como Job, cuando decía “Dios me ha cerrado el camino, y no puedo pasar; ha cubierto de oscuridad mis senderos”.

Es bueno reconocer que estás en ese lugar, lo que no es bueno es quedarte allí.

Escuché a alguien decir “estamos en tiempo de palmeras”. Durante las tormentas, las palmeras son flexibles, se doblan casi hasta tocar el suelo, como si fueran a romperse; sin embargo, cuando la tormenta pasa, ellas están ahí, se elevan intactas, erguidas.

¡Estamos en tiempo de palmeras! Tiempo de ser flexibles, de resistir, de adaptarse. Muchas veces las tormentas nos hacen más fuertes.

Tenemos que entender que, aun en tiempos de tormenta, Dios sigue siendo Dios y está en control. Al final, Él es el único que puede reprender al viento y decir al mar “¡cálmate!”. En su momento cesará la tormenta y, cual palmera, volverás a estar erguido, fuerte, intacto.

Mientras pase la tormenta, hay algo que puedes hacer y es desenfocarte del problema, de la frustración y del miedo. Enfócate en la Palabra de Dios y en cumplirla; la Biblia dice que nos enfoquemos en hacer el bien, pues a su debido tiempo segaremos. Involúcrate en algún servicio de tu iglesia, busca a alguien que necesite de tu ayuda, ocúpate de las cosas de Dios, que Él se ocupará de las tuyas. 

Vivian Pereyra
Valiosa, Ministerio de mujeres - Jazôn