Vencer la frustraciónMuestra
Frustrados, pero descansados
Esa desagradable sensación de estancamiento o impotencia que nos asalta al descubrir que somos incapaces de alcanzar lo que nos habíamos propuesto o de recibir lo que esperábamos, se llama frustración. Todos conocemos ese sentimiento, profundamente humano, que viene acompañado de desánimo, molestia y enojo por los problemas no resueltos, las metas no alcanzadas, los sueños rotos. Esa sensación de vacío puede incluso convertirse en ira o desesperación si aquello que esperábamos era la solución a una necesidad legítima y urgente, no un mero capricho. Una tragedia personal con seguridad causará frustración, junto con dolor.
Pero, esa sensación perturbadora proviene con más frecuencia no de un hecho trágico, sino de una larga temporada de esfuerzos infructuosos. El libro de Eclesiastés describe una y otra vez el sentimiento de frustración como un constante “correr tras el viento”. Es tan común fatigarnos y cansarnos por subir la escalera más alta, solo para descubrir al final que estaba apoyada en la pared equivocada. Con pleno conocimiento del corazón humano, la Escritura nos advierte: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia”. Pero también es posible que una persona se sienta frustrada incluso si en buena conciencia ha elegido hacer la voluntad de Dios, sirviendo a Cristo con ahínco y, aun así, todavía no alcanza los resultados que esperaba.
Cualquiera sea tu caso, detente aquí un momento. Respira hondo y luego considera: ¿No será que la frustración que sientes es la puerta por la cual Dios te llama para refugiarte en Él? Inspirado por el Espíritu Santo, el apóstol Pedro nos dejó escrito un mensaje que es tanto una maravillosa promesa como un mandamiento directo e imperioso: “Depositen en Él (en Cristo) toda ansiedad, porque Él cuida de ustedes”. Entonces, ¿estás dispuesto a probar cuán fuertes son los brazos de Dios para cargarte a ti y a tu sentimiento de ansiedad y frustración? No hay necesidad de que este día termine sin que descargues tu corazón y te abandones confiadamente en los brazos de tu Padre celestial. El Señor Jesús es experto en levantar a quienes acuden a Él, en especial a los que vienen cansados y agobiados. Él promete darte descanso, con paz y un nuevo propósito.
José Yelincic
Misiones digitales YVT - Jazôn
Escrituras
Acerca de este Plan
Esperamos algo y recibimos algo distinto, es frustrante. ¿Cómo podemos conciliar nuestras expectativas con la realidad? Vivimos en un mundo que promete pero no cumple y sin embargo hay alguien que supera toda expectativa, Jesús. ¿Habrá en Él la forma de vencer la frustración?
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