Un estilo de vida de perdónMuestra

Una vida de libertad

La Biblia dice que el amorno se comporta con rudeza, no busca lo suyo, no es provocado, no piensa mal (1 Corintios 13:5). La Biblia Amplificada dice: no tiene en cuenta lo malo que le han hecho [no presta atención a un mal sufrido]. 

Wow, ¿es eso posible? ¡Creo que sí! Solo imagina, si alguien hizo algo que te irritó, dolió o te hizo enojar – y simplemente no te diste cuenta, no prestaste atencióna eso! Si, cuando alguien te ofende (intencionalmente o no), tú solo perdonas automáticamente, antes de que la ofensa tenga chance de golpear tu corazón o se quede en tu mente. 

Creo que la Biblia nos está dando una herramienta aquí para una vida de libertad. Y yo creo que podemos vivir de esta manera porque el amor de Dios reside en nosotros. Romanos 5:5 dice, “…el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” Este no es un amor humano natural– no es un sentimiento pegajoso— sino el sobrenatural amor de Dios, y ya está en tu corazón. Eso significa que puedes tomar la decisión de rendirte a él todos los días. 

Creo que la única forma de caminar en este tipo de amor es siendo realmente buenos perdonando – las cosas grandes y las cosas pequeñas. Cuanto mejor seamos en perdonar las pequeñas irritaciones e “injusticias” de la vida en el día a día, más fácil será para nosotros perdonar eventos verdaderamente dolorosos en nuestras vidas. 

¿Cómo nos volvemos buenos en algo? Tenemos que practicarlo. Para ser buenos tocando el piano, tenemos que practicar. Para ser buenos dando discursos, tenemos que hacerlo más. Para ser buenos en cualquier tipo de deporte, tenemos que practicar. 

Creo que es lo mismo con el perdón. Cuanto más lo practicamos, mejor lo hacemos. Si practicamos perdonando las cosas pequeñas – las pequeñas irritaciones diarias – entonces estoy bastante segura de que seremos más capaces de perdonar cuando surjan grandes heridas.  Podemos alejarnos de esas heridas con apenas un rasguño en nosotros. Podemos vivir en libertad y mantener fluyendo nuestra tubería de bendición todo el tiempo. Creo que es así como Dios quiere que vivamos, y Él nos ha empoderado para hacerlo.