¡Reedifiquemos!Muestra

Las Puertas...  

#11 La Puerta de la Cárcel

Al llegar hasta restaurar esta puerta, estaremos restaurando el gobierno de Dios en nuestra vida. Hemos caminado en un proceso de restauración, donde poco a poco Dios ha quitado aquello que no le agrada y ha puesto lo que nos faltaba, para ir formando la imagen de Cristo en nosotros. En esta puerta es donde ya no nos gobierna nuestra propia justicia, ni la justicia humana, si no la de Dios. Donde el justo es tanto restaurado, como resguardado.

A esta puerta también se le llama La puerta de la Guardia ya que era el área donde se juntaba la guardia de turno y recibía las órdenes de sus superiores. Acá también entraba la guardia personal de los reyes, quienes eran personas de renombre. El capitán de la guardia era un funcionario de muy alto rango, él y sus hombres debían aplicar frecuentemente la pena capital a los culpables de delitos políticos o de otras faltas.

Al restaurar esta puerta nuestra responsabilidad será velar, defender, custodiar, amparar y proteger la totalidad de la verdad de Dios, tanto como nuestra alma; para que los muros y las puertas no sean destruidos nuevamente por nuestros enemigos.

El mayor atributo de un guarda es que sabe vigilar o velar durante la noche. Ahora nuestro deber es mantener una vida plena de comunión con Dios para que mientras le servimos fervientemente y cuidamos y guardamos sus mandamientos, Él vele por nosotros y cuide de nuestra alma, pero nuestra responsabilidad es de velar con él. Un descuido de nuestra vida devocional podría costar que el enemigo nos destruya todo lo que se ha edificado.

Estamos llegando al final del muro para gozar de la belleza de una obra de   reedificación gloriosa.