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El Espiritu Santo - Entre el Padre y el HijoMuestra

El Espiritu Santo - Entre el Padre y el Hijo

DÍA 3 DE 7

El oído que oye y el ojo que ve.
Querido lector (a), la fe en Jesucristo se ancla en un encuentro personal con Él por medio del Espíritu Santo, no a través de la lógica racional o un basto conocimiento de la historia y de las escrituras, pues la vida es una frágil llama en su estructura humana, pero una hoguera eterna en su dimensión espiritual. 

Tal vez podamos rastrear, “Buscando aquí y allí” nuestro linaje ancestral, pero de forma meramente natural sin ninguna intervención Divina ¿Será posible percibir o rastrear nuestro origen en Dios? ¡Yo pienso que no! Es verdad que la ciencia demanda evidencia, pero el hombre espiritual sabe que Él Espíritu Santo obrando desde su interior, es la evidencia que no requiere comprobación científica, sino fe. 

Ahora, si la Biblia es el retrato de Jesús y el testimonio del gran proyecto de Dios Padre de restaurarnos a una correcta relación con Él y su creación, la pasión del Espíritu Santo será, por tanto, comunicarnos, enseñarnos y restaurar la imagen perdida de Dios en el hombre desde el Edén, hasta el día en que nos veamos cara a cara con nuestro Señor Jesucristo.

Es por eso, por lo que para el hombre natural o el hombre que vive a un nivel completamente humano [incrédulo] le cuesta aceptar las enseñanzas y revelaciones del Espíritu de Dios; sencillamente porque son improbables desde la lógica humana. En su basto conocimiento académico el hombre natural piensa que son locuras o simplemente ideas absurdas e ilógicas.

La gran promesa para la humanidad es que Dios, no es extraño para nadie; todo lo que puede ser conocido de Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) es evidente en cada persona; pues “El oído que oye y el ojo que ve, ambas cosas igualmente ha hecho el Señor” (Prov. 20:12).

Por tanto, querido amigo (a), querer conocer a Dios por medio del Espíritu Santo y encontrarnos con Él íntimamente en el lugar santo de nuestro corazón, debe ser el más grande regalo de la vida; al final la recompensa de la fe excederá a cualquier perspectiva racionalista.

“Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen.” (Jn. 20:29) Le dijo el Cristo resucitado al incrédulo Tomás.

Vamos a orar: Espíritu Santo, te suplico que hagas de mi oración un fuego que consuma los velos que me han apartado de Tu belleza y una luz que me conduzca al océano de Tu presencia, en el nombre de Jesús. ¡Amén!

¡Gracias Dios, Espíritu Santo!

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Acerca de este Plan

El Espiritu Santo - Entre el Padre y el Hijo

Solo después de haber caminado con Jesús por un par de años, y próximo al cumplimiento de todas las profecías sobre su muerte y resurrección; Jesús les aseguró a sus discípulos que si verdaderamente le amaban y obedecían sus mandamientos, Él le pediría al Padre que les enviara otro Consolador. Descubre cómo fue el cumplimiento de la promesa del Espiritu Santo .

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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://conectar.conociendoadios.net