Un Espíritu CorrectoMuestra

Día 1: Espíritu Correcto

Todos los años al terminar un año y comenzar el otro, tenemos el hábito de escribir, o al menos de pensar y anhelar, sobre los planes del futuro, las metas y lo que queremos lograr. Este año, mientras meditaba con Dios sobre este asunto, me llamó la atención su manera de verlo cuando me dijo: todos piensan en el QUÉ HACER y muy pocos en el CÓMO ESTOY YO PARA HACERLO. Para Dios lo más importante no es lo que harás o lograrás este año, sino quién eres y cómo estás, no el cómo lograrlo sino el cómo está tu corazón y tu espíritu realmente.

Estos primeros días del año quisiera que te enfoques más en tu estado interno que en las acciones externas, y te aseguro que un Espíritu correcto te llevará a conquistar y lograr lo que Dios tiene para ti. Tu estado interno (Espíritu) definirá el resultado de tus acciones externas. Puedes intentar hacer mucho, pero si lo haces en un estado que no es el correcto, el resultado no será el esperado. 

La realidad es que sólo el Espíritu Santo puede revelarnos el verdadero estado de nuestro corazón. La biblia dice que “El corazón es engañoso” (Jeremías 17:9), por lo tanto, necesitamos venir a Dios dispuestos a escuchar lo que él sabe de nuestro interior.
El espíritu de una persona es su estado, son sus actitudes, sus motivaciones, sus pensamientos, son sus emociones y sentimientos, es el estado de su corazón y es de donde fluye todo lo que hace. El espíritu de una persona es la esencia de su hacer y de lo que transmite. 

Hemos tenido un año en el que el estado de nuestro espíritu ha sido atentado y probado más que muchos otros años y por eso es importante comenzar el año pidiéndole a Dios que revele el verdadero estado de nuestro corazón y espíritu para entrar a este nuevo tiempo con el espíritu correcto. 

Dinámica: 

- Tómate un tiempo para orar a Dios pidiendo que te revele el estado de tu corazón y tu espíritu para que así te pueda dar un corazón y espíritu que le agraden a Él. 

- En los siguientes días hablaremos sobre 9 características de un espíritu correcto. Prepara tu corazón, mente y espíritu para ello.