Caminando Con Dios Muestra

Una de las características que todos los seres humanos tienen es que disfrutan de estar con aquella persona que aman. Amamos estar acompañados de las personas que queremos, y simplemente no fuimos diseñados para estar solos. Desde que me casé con mi esposa, uno de mis momentos favoritos es cuando salimos a caminar juntos al parque, al shopping o al centro de la ciudad; y aunque no estemos haciendo nada importante, ni comprando nada, ni trabajando, el simple hecho de caminar con ella y hablar de lo que hay en nuestro corazón, mirarnos, reírnos o jugar, no se compara con nada. Lo mismo pasa con Dios. Una de las experiencias más importantes para el ser humano es cuando acepta a Jesús y lo conoce por primera vez. Pero es después, en el continuo caminar con Dios día tras día, donde realmente somos transformados, renovados, y donde conocemos personalmente a Dios, y el gozo, la alegria y la paz que se experimentan después, en el contínuo caminar con Él, supera toda expectativa. Desde el primer libro en la Biblia, vemos que Dios disfrutaba pasear en el huerto del Edén con Adán y Eva. Lo que Dios está buscando en esta generación no es simplemente personas que crean en El, sino personas que caminen con Él.