El valor de la obediencia en la vida espiritualMuestra

Obedeciendo a la autoridad delegada – parte I

La obediencia es un acto de fe, en todas las ramas de las relaciones humanas. Tratándose de Dios, la obediencia tiene que ser en fe y para fe.

Lo contrario a la obediencia es la rebelión. La falta de fe y sometimiento, alimenta los desacuerdos y desata la rebelión del corazón.

El hecho de obedecer, es un acto de fe, sujeción, y entendimiento de las normas establecidas por Dios en su palabra. La obediencia evidencia una identidad de fe en aquellos que tienen el conocimiento de los mandamientos de Dios. 

Ahora, la obediencia tiene diferentes niveles que evidencian en el entendimiento de la voluntad revelada de Dios, aplicables no sólo directamente a Dios, sino también a las instancias en las que Dios ha delegado autoridad, y a las cuales también se les debe obediencia y sujeción, tales como: las autoridades civiles, los padres, los pastores, etc. 

.Obediencia a los padres

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo”. Efesios 6:1. 

La palabra obedecer es, literalmente, la palabra griega estar abajo. Significa “estar bajo la autoridad de otro”. En este caso de los padres.

Esto no solamente significa que los hijos tienen la responsabilidad de obedecer, sino que los padres tienen la responsabilidad de enseñarle a sus hijos la obediencia.

Obedecer a los padres en todo, es un principio establecido por Dios para la familia. La obediencia es una obra de justicia. Así, para los hijos, la obediencia a los padres en un deber en la vida cristiana. 

Siendo que los padres son para los hijos una autoridad delegada de parte de Dios, una forma de obedecer y honrar a Dios, es obedeciendo a los padres. De modo que los hijos no deben obedecer porque los padres quieren sino porque así lo ha dispuesto el Señor. Aun cuando el compromiso de obediencia es con los padres, la razón es porque Dios lo ha establecido como un mandato. Para los hijos la obediencia a los padres es una sagrada responsabilidad delante de Dios.

Y no es no es sólo importante obedecer, sino hacerlo de tal forma que traiga honra a los padres (Efesios 6:2-3). 

Y no es sólo importante obedecer, sino hacerlo de tal forma que traiga honra a los padres (Efesios 6:2-3).