Al 100 % La Vida Que Dios Tiene Para NosotrosMuestra
Vivir en el Santo
La oración de David, bien podría ser la nuestra hoy: “No me alejes de Tu Presencia ni me quites Tu Santo Espíritu” (Salmo 51:11). Anhelamos estar delante de Su presencia todo el día.
Nos confesamos imperfectos y muy necesitados del perdón de Dios. Pasamos por allí para lanzarnos a Su Presencia y caminamos hacia la comunión profunda con Él.
Creo que no hay comunión ni contacto profundo, sin primero reconocer que necesito de Su misericordia y de Su gracia.
Ahora, la siguiente pregunta obvia, es: ¿Dónde queda la Presencia de Dios?
Estoy en la Presencia de Dios cada vez que Él se hace presente.
Dios no vive encerrado en un templo, sino que habita en ellos cuando nos reunimos allí en Su nombre. De la misma manera, desea llenar casas, negocios, aulas y barrios de Su Presencia.
Invoco a Dios, y Él viene. Puedo vivir en el Santo. Es muy importante entender que el lugar Santo, si bien está representado por un lugar físico dentro de diseño del tabernáculo o del templo, finalmente, es un simbolismo de lo que aún no vemos. El Santo tiene un candelabro y este es el mejor ejemplo de lo que pretendo explicar. El pueblo de Dios es luz a las naciones. Ilumina con la luz de Jesús, no con la suya propia. De la misma manera que en el candelabro hay depósitos con aceite, en nuestra vida se manifiesta la unción de Dios a partir de lo que hay de Él en nosotros. Así reflejamos de forma viva y real al Señor. Esa luz es necesaria en medio de la oscuridad, en las calles.
¿Puede estar el Lugar Santo ubicado en mi oficina, en el aula o en la plaza? Absolutamente. Llevamos la persona de Jesús a cada espacio por el que transitamos y dejamos que se manifieste en una forma natural, viva y real.
Oración:
Señor, declaro la unción de Tu Espíritu sobre mi vida y me comprometo a brillar más y mejor cada día. Deposita en mí tu aceite de la unción para asegurarme que donde quiera que vaya tu luz siempre esté encendida y pueda alumbrar la vida de aquellos que me rodean.
Escrituras
Acerca de este Plan
Fuimos llamados a una intimidad con Dios, a la naturalidad de la relación amorosa con Él. Fuimos llamados a una comunión íntima con Él, a un nivel de relación donde Cristo es mío, está en mí, yo soy de Él, y me hallo en Él. Es un encuentro al 100% con la vida que Él tiene para nosotros. ¿Estás dispuesto a sumergir tu vida al porcentaje total de consagración?
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Nos gustaría agradecer a Cristo para Todos por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.cristoparatodos.org