Según El Corazón De DiosMuestra
Deléitate en la palabra de Dios
Mi postre favorito es la tarta de moras con mucho helado Blue Bell encima. Me encanta ese postre. Dios nos llama a deleitarnos en su Palabra. A saborearla, a disfrutarla, a deleitarnos en ella. Pero tal vez estés pensando: «Si soy sincero conmigo mismo, no me deleito realmente en la Palabra de Dios». Leer la Palabra de Dios es más un deber que un deleite. Permite que te anime haciéndote saber que no estás solo. La Biblia no es un libro fácil. Leer la Biblia es un gusto adquirido, pero puedes desarrollar un deleite en la Palabra de Dios.
Tengo dos simples sugerencias para ayudarte. Primero, lee la Biblia todos los días. No esperes a deleitarte en ella. Si esperas a leer la Biblia cuando te deleites en ella, entonces nunca empezarás. Léela diariamente y pídele a Dios que te hable. Pídele a Dios que te encuentre en las páginas. No decidas cada día si vas a leer la Biblia o no. Decide ahora mismo ante Dios que, con su fuerza, leerás la Biblia cada día.
En segundo lugar, y esto es lo más importante, comprométete plenamente cuando leas. Comprométete con Dios. Ora sobre lo que estás leyendo. Habla con Dios sobre ello. Confiesa, da gracias y clama. Sé activo. Mantente alerta. Permanece en oración. Concéntrate todo lo que puedas. Cuanto más comprometido estés, más te gustará. Si sólo lees para pasar el pasaje o para marcar una casilla en tu mente, entonces es aburrido. Pero si te comprometes plenamente con Dios mientras lees, entonces se vuelve delicioso.
La segunda línea de este pasaje nos llama a meditar en la Palabra de Dios. El término «meditar» se utiliza en otros lugares con el significado de murmullo, hablar en voz baja o hablar con uno mismo. Esa es la idea. Habla en voz alta mientras lees y oras. Habla contigo mismo. Habla con Dios. Medita en la Palabra de Dios. Si haces esto, día tras día durante un largo período de tiempo, ¿qué sucederá? Prosperarás y florecerás. El siguiente verso da el feliz resultado de aquel que se deleita en la Palabra de Dios: «Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo y su hoja no se seca. En todo lo que hace, prospera».
Escrituras
Acerca de este Plan
El libro de los Salmos está lleno de cantos y alabanzas de David para Dios. David era un hombre según el corazón de Dios. Amaba a Dios apasionadamente. Nosotros también podemos tener un corazón dedicado a Dios. A través de este plan de 7 días, podremos leer y aprender a ser como David, viviendo una vida dedicada de todo corazón y con pasión por Dios.
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Nos gustaría agradecer a Jeff Wells por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jeffhwells.com