Ídolos Del CorazónMuestra
La lealtad es tanto una elección como una decisión
En el último capítulo del libro de Josué, en su discurso final, el líder de Israel puso en una disyuntiva al pueblo diciendo: "te aconsejo que temas y sirvas al Señor con todo tu corazón y eches fuera y para siempre todos los ídolos de tu vida. Pero, si no sirves a Dios, elige hoy mismo a quien vas a servir".
Todos los días, tomamos decisiones en base a elecciones. Elegir una cosa, supone descartar, rechazar o dejar de lado otras. Es más, algunas veces, como en el caso del pueblo de Israel, esas decisiones son trascendentales y debemos analizar con cuidado nuestras alternativas para no tener que arrepentirnos luego de haber dejado escapar una gran oportunidad.
De hecho, toda decisión transcendental para nuestra vida debería estar acompañada por un sentido de compromiso y lealtad. Ya sea que tengas que elegir entre ciertas universidades para seguir una carrera, o entre un par de empresas para trabajar, o bien tengas que elegir en qué negocio invertir tu dinero, en el mismo instante que elijas una opción, automáticamente estarás descartando todas las demás.
Lo mismo sucede cuando decides tomar la mano de alguien para prometerle amor. No te sería posible llevar una correcta relación sin un compromiso de fidelidad del 100%. ¡Imagina si tu pareja te propusiera serte fiel sólo el 90% del tiempo! Así no funciona.
La lealtad es ese pegamento que permite construir relaciones sanas y duraderas, y en nuestra relación con Dios no es diferente. Dios concibe la lealtad como el tema central de su relación con los hombres. Así como no podemos ser fieles a medias a la persona que amamos, así tampoco podemos amar a Dios y a nuestros ídolos. ¿Por qué? Porque una lealtad dividida pierde la solidez del compromiso y empuja nuestra vida de un lado a otro, como el viento arrastrando una ola. La Palabra nos advierte que siendo inconstantes, no podemos esperar nada del Señor.
Ahora bien, en muchos casos puede no aplicar este principio de lealtad exclusiva, como ser en las arenas políticas o deportivas, donde puedes ser simplemente un simpatizante de algo o alguien y, por consiguiente, no estás obligado a tomar una posición tan radical. Por ejemplo, durante la segunda guerra mundial, los países que no tomaban parte por un bando no necesariamente estaban en contra del mismo, sino que formaban parte de un grupo de países neutrales.
En la arena de Dios, no es posible ser neutral. “El que no está conmigo, está en mi contra”, dijo Jesús, refiriéndose a que cualquier cosa que elijas en tu vida, que no esté de acuerdo con lo que Dios manda, te coloca en una posición contraria a Él. Sin embargo, como diría Pablo, las gracias sean dadas a Dios que nos da la victoria por medio de Jesucristo (1 Corintios 15:57).
Una declaración tan radical como ésta sería imposible de cumplir con nuestro propio esfuerzo, pero Jesús precisó: conmigo. Es con Él que transformamos nuestra postura simpatizante en una militancia, por lo que la radicalidad de su declaración se transforma en gracia y esperanza.
Josué, con la mayor firmeza, termina su discurso diciendo: “En cuanto a mí y mi familia, nosotros serviremos al Señor”. ¿Qué decidirás tú?
Latife Pino / Misiones digitales YVT - Jazôn
Acerca de este Plan
Estamos en medio de una batalla invisible. Hay una rebelión levantada en contra del Dios Todopoderoso. ¿De qué lado estás tú? Cuando hablamos sobre ídolos, pocas veces pensamos que el tema de fondo trata sobre lealtad. ¿A quién le entregarás la tuya? Juntos descubramos cómo entregar nuestra lealtad a Jesucristo es la mejor decisión que podemos tomar en la vida.
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Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info