El camino más rápido a la felicidad

Todos queremos sentir que hemos llegado. Como si tuviéramos todos lo que deseamos y estamos satisfechos. Todos queremos llegar a la tierra llamada satisfacción. Pero es como si la satisfacción fuera un destino que se aleja cada vez que nos acercamos a él. Esto es inevitable cuando nuestro concepto de satisfacción depende de la abundancia material. 

¿Y si la satisfacción se encuentra en el lugar opuesto a donde hemos estado buscando? ¿Y si se encuentra, no acumulando cosas para nosotros mismos, sino en satisfacer las necesidades de los demás? 

Es verdad que cuando menos necesitamos, más podemos dar. Pero, ¿y si fuera al contrario? ¿Y si cuanto más damos, menos necesitamos? En otras palabras, ¿y si nuestra generosidad nos lleva a la satisfacción? 

Las personas que regalan sus posesiones tienen en mayor estima las que conservan. Las personas que dan su tiempo aprovechan mejor el tiempo que les queda. Las personas que donan dinero son menos derrochadoras con el dinero que les sobra. 

Cuando empiezas a compartir tu dinero, posesiones, y tiempo, te encontrarás a ti mismo aprendiendo a estar contento. La práctica te permitirá apreciar mejor lo que posees, quién eres, y qué puedes ofrecer. 

Las personas generosas aprenden a encontrar la felicidad en lo que ya poseen. Descubren que el secreto de la satisfacción está sorprendentemente cerca. 

Así que si una errónea búsqueda de satisfacción te motiva a buscar demasiadas cosas, mi consejo es que tomes el control de tu actitud. No te enganches a pensar en cúando y cómo: Cuando sea _________, entonces seré feliz. En cambio, recuerda que tu felicidad no depende de la adquisión de posesiones. Tu felicidad depende solamente de tu decisión de ser feliz.

Cuando Kim y yo empezamos a simplificar nuestra casa, la generosidad se produjo naturalmente: necesitábamos deshacernos de cosas, y rápidamente encontramos personas que las necesitaban. 

Al hacerlo, descubrimos que donar es mucho más gratificante que poseer. Nuestra visión de las posesiones materiales cambió por completo. No queríamos más cosas. Queríamos experimentar más la abundancia que encontramos al dar. La satisfacción se instaló en nuestra casa.

También puede residir en ti. 

¿En qué momentos del día te sientes más satisfecho? ¿Cómo podría deshacerte de algunas de tus posesiones para sentirte más satisfecho?