Lucha y Triunfo: Plan Devocional OlímpicoMuestra

"Encontrando las piezas que faltan" El triatleta Hunter Kemper y su familia asistían a la iglesia con frecuencia hasta que los compromisos del deporte se volvió más importante que la iglesia.

"Me encontraba viajando los fines de semana a eventos deportivos", dice. "Eventualmente no encontraba tiempo para ir a la iglesia."

Mientras asistía a la universidad, Hunter comenzó a tener una sensación que había algo ausente en su vida. Sin poder identificar qué era esa "pieza faltante", se encontró atraído a amigos que se identificaban como cristianos. Había algo en su manera de vivir la vida que era irresistible y atractivo.

No fue hasta que Hunter terminó la universidad y se mudó al centro de entrenamiento olímpico que se dió cuenta qué era lo que le estaba faltando.

Comenzó a asistir a la iglesia con amigos del centro de entrenamiento. Cada domingo oía acerca del amor de Dios por él, y que Dios quería tener una relación con él.

Hunter descubrió la razón por la cual se estaba sintiendo vacío e insatisfecho con su vida.

"Yo era un esclavo al deporte del triatlón", dice. "Yo estaba luchando contra la idea de que había un acto o acción que podía hacer para ameritar el perdón de Dios."

Un domingo después de la iglesia, la verdad del Evangelio logró penetrar el corazón de Hunter. Él llegó a comprender que no había nada que el pudiera hacer para merecer el amor y el perdón de Dios, sino que Dios ofrecía su amor y perdón gratuitamente por medio del sacrificio de Jesús en la cruz.

"Me arrodillé delante de Él en mi casa y confesé que no podía seguir adelante sin Él", recuerda. "Lloré mucho ese día; no porque estaba triste, sino porque me sentía libre."

Hunter ahora busca usar su deporte para honrar a Dios, y seguir a Cristo es la prioridad suya, de su esposa y de sus hijos.

No importa que distracciones batallen por su atención, ni que demandas su deporte ejercen sobre su cuerpo, Hunter cree que su verdadera fuerza proviene de Dios.

"Los días en los que pienso que no puedo correr ni una milla más, o cuando pienso que no tengo fuerzas para cruzar la meta, siempre recuerdo que Dios no se cansa ni se fatiga", dice. "Todo es posible con Dios."

Preguntas: ¿De qué manera estás dependiendo de tus fuerzas y no en las de Dios? ¿Qué cosas son una prioridad mayor que seguir a Jesús?

Oración: Señor, hazme recordar que separado de ti no puedo hacer nada. Aunque pueda tropezar y cansarme, Tú no lo haces. Ayúdame a depender de tus fuerzas y no en las mias. Quiero hacer de honrarte a ti la prioridad de mi vida.