Lucha y Triunfo: Plan Devocional OlímpicoMuestra

"Motivado por el amor de Dios" Parecía imposible. Con 16 años de edad, Daniel Dias estaba sentado en su sala de estar observando en la televisión como su compatriota, Clodoaldo Silva, ganó seis medallas en eventos de natación en los Juegos Paraolímpicos de 2004 en Atenas.

Nacido con una malformación en sus extremidades superiores e inferiores, Daniel nunca se vió a sí mismo con límites. De hecho, en el colegio jugaba al fútbol.

Después de observar a Silva competir por la TV, Daniel se preguntó si él, también, podría algun día competir por su país en competencias internacionales.

Poco tiempo más tarde, econtró un instructor de natación y aprendió los cuatro estilos de brazada en tan solo ocho lecciones.

Aprendió a nadar tan rápidmente que continuó entrenando y compitiendo en los años interinos, trabajando árduamente para perfeccionar su técnica. Durante los Juegos Paraolímpicos del 2008, Daniel corrió contra el héroe nacional brasileño, Silva, en la carrera libre de los 100 metros. Daniel ganó la carrera y estableció un nuevo récord mundial.

Compitió en 10 carreras más y ganó 8 medallas, ganando más medallas que cualquier otro atleta en los Juegos. Al año siguiente, Daniel ganó el prestigioso premio Laureus por el personaje con discapacidad del año.

¿Cómo manejó el éxito?

«Me detuve a pensar en todo lo que Dios hizo por mi vida, en la vida de mi familia, y de todas las dificultades por las que tuvimos que atravesar», dice Daniel. «Llegar allí y mostrar a los demás que, realmente, el único límite está dentro de nosotros; poder mostrar cuánto nos ama Dios, cuán bueno es servirle, tenerlo en nuestras vidas, eso es especial para mí.»

Daniel se esforzó grandemente para vencer sus limitaciones, reconociendo cuánto Dios lo ama. El amor de Dios te puede motivar a ti, también, a la medida que piensas acerca de las cosas que lograrás hoy.

Pregunta: ¿En qué área en tu vida has trabajado duro y has triunfado? ¿Diste gracias a Dios por tu éxito?

Oración: Gracias, Jesús, por los dones y talentos que Tú me has dado. Ayúdame a usarlos para servirte a Ti y para servir a otros.