Lucha y Triunfo: Plan Devocional OlímpicoMuestra
"Deléitate en el Señor" Jacob Wukie comenzó buscando la excelencia en el deporte de la arquería a una temprana edad. Él tenía la esperanza de llegar a ser lo suficientemente bueno para salir a cazar con su arco y flecha, pero pronto descubrió que tenía las habilidades para ser competitivo.
En el 2007, Jacob dejó su familia en Ohio y se mudó al centro de entrenamiento olímpico en busca del sueño de competir para los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos del 2008. Más tarde, este otoño, 16 atletas superaron el corte para las Olimpiadas, Jacob obtuvo el puesto número 17.
"Yo sabía que mi corazón no estaba bien delante del Señor", dice. «En lugar de confiar en Dios y saber que Él está en control y tiene un plan para mí, me sentía ansioso y frustrado.»
Jacob sabía que estos sentimientos de desánimo y ansiedad no eran los que Dios deseaba para él. Le pidió a Dios que cambiara su corazón y su actitud, y pidió que Dios le recordara Su amor y Sus planes para su vida.
«El Señor cambió mi corazón», Jacob recuerda. «Comencé a motivarme con las perspectivas del futuro, aunque no sabía que me deparaba el futuro.»
Una semana más tarde el entrenador del equipo nacional llamó a Jacob a su oficina con una gran noticia. El décimosexto arquero había abandonado el equipo, y ahora Jacob tenía la oportunidad de competir por el puesto vacante en el equipo olímpico.
No queriendo desaprovechar la oportunidad brindada, Jacob comenzó a entrenar intensamente. Pero durante es entrenamiento, Jacob sufrió varias pérdidas personales. El luto experimentado por estas pérdidas y la rigurosidad del entrenamiento comenzaron a afectarle físicamente.
«Me di cuenta que las cosas que realmente valoraba en la vida no estaba saliendo como yo quería», dice. «Estaba exhausto de tanto entrenamiento, me dolía el cuerpo constantemente, y encima de todo eso, estaba tirando muy mal.»
En vez de seguir entrenando con el único objetivo de llegar a las Olimpiadas, Jacob tomó la decisión de confiar en Dios con su deporte y con los resultados de su arduo trabajo para formar parte del equipo olímpico.
«[el Señor] me enseñó que Él tenía un plan para mí, y sabía que Él no me abandonaría», dice Jacob. «Sin importar cómo terminaba siendo mi actuación, yo podía confiar en Él.»
Cuando se llevó a cabo la segunda prueba, Jacob pasó de ser 16to a 7mo. En su último tiro de la ronda final, Jacob ganó la serie, obteniendo el 4to lugar y se convirtió en el alterno del equipo olímpico para los EE.UU.
Más allá de cúanto le hubiera gustado competir en los Juegos Olímpicos ese año, Jacob estaba contento con saber que Dios seguía en control y que él había dado lo mejor de sí. Cuatro años más tarde, Jacob y sus compañeros obtuvieron la medalla de plata en Londres.
«Vivo mi vida buscando y deseando hacer la voluntad de Dios, y en este momento eso significa entrenar para ser el mejor arquero que pueda ser», dice. «En algun momento eso cambiará, y eso no importa, porque voy a seguir viviendo mi vida para Cristo, buscando conocerle más, y buscando ser usado por Él para influenciar las vidas de las personas que me rodean para que ellos también puedan conocerle.»
Preguntas: ¿Cuál es el deseo de tu corazón? ¿Se alinea con lo que Dios quiere para tu vida? ¿Cómo puedes confiar en Dios en las pruebas que enfrentas? ¿Has «encomendado tus caminos» a Dios o estás comprometido con hacer las cosas a tu manera?
Oración: Señor, Yo sé que Tú me amas; Tú sabes lo que es mejor para mí. Cambia mi corazón para desear las cosas que Tú deseas. Sé que cuando te confío con mi vida y con mis planes, Tú actuarás a mi favor.
En el 2007, Jacob dejó su familia en Ohio y se mudó al centro de entrenamiento olímpico en busca del sueño de competir para los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos del 2008. Más tarde, este otoño, 16 atletas superaron el corte para las Olimpiadas, Jacob obtuvo el puesto número 17.
"Yo sabía que mi corazón no estaba bien delante del Señor", dice. «En lugar de confiar en Dios y saber que Él está en control y tiene un plan para mí, me sentía ansioso y frustrado.»
Jacob sabía que estos sentimientos de desánimo y ansiedad no eran los que Dios deseaba para él. Le pidió a Dios que cambiara su corazón y su actitud, y pidió que Dios le recordara Su amor y Sus planes para su vida.
«El Señor cambió mi corazón», Jacob recuerda. «Comencé a motivarme con las perspectivas del futuro, aunque no sabía que me deparaba el futuro.»
Una semana más tarde el entrenador del equipo nacional llamó a Jacob a su oficina con una gran noticia. El décimosexto arquero había abandonado el equipo, y ahora Jacob tenía la oportunidad de competir por el puesto vacante en el equipo olímpico.
No queriendo desaprovechar la oportunidad brindada, Jacob comenzó a entrenar intensamente. Pero durante es entrenamiento, Jacob sufrió varias pérdidas personales. El luto experimentado por estas pérdidas y la rigurosidad del entrenamiento comenzaron a afectarle físicamente.
«Me di cuenta que las cosas que realmente valoraba en la vida no estaba saliendo como yo quería», dice. «Estaba exhausto de tanto entrenamiento, me dolía el cuerpo constantemente, y encima de todo eso, estaba tirando muy mal.»
En vez de seguir entrenando con el único objetivo de llegar a las Olimpiadas, Jacob tomó la decisión de confiar en Dios con su deporte y con los resultados de su arduo trabajo para formar parte del equipo olímpico.
«[el Señor] me enseñó que Él tenía un plan para mí, y sabía que Él no me abandonaría», dice Jacob. «Sin importar cómo terminaba siendo mi actuación, yo podía confiar en Él.»
Cuando se llevó a cabo la segunda prueba, Jacob pasó de ser 16to a 7mo. En su último tiro de la ronda final, Jacob ganó la serie, obteniendo el 4to lugar y se convirtió en el alterno del equipo olímpico para los EE.UU.
Más allá de cúanto le hubiera gustado competir en los Juegos Olímpicos ese año, Jacob estaba contento con saber que Dios seguía en control y que él había dado lo mejor de sí. Cuatro años más tarde, Jacob y sus compañeros obtuvieron la medalla de plata en Londres.
«Vivo mi vida buscando y deseando hacer la voluntad de Dios, y en este momento eso significa entrenar para ser el mejor arquero que pueda ser», dice. «En algun momento eso cambiará, y eso no importa, porque voy a seguir viviendo mi vida para Cristo, buscando conocerle más, y buscando ser usado por Él para influenciar las vidas de las personas que me rodean para que ellos también puedan conocerle.»
Preguntas: ¿Cuál es el deseo de tu corazón? ¿Se alinea con lo que Dios quiere para tu vida? ¿Cómo puedes confiar en Dios en las pruebas que enfrentas? ¿Has «encomendado tus caminos» a Dios o estás comprometido con hacer las cosas a tu manera?
Oración: Señor, Yo sé que Tú me amas; Tú sabes lo que es mejor para mí. Cambia mi corazón para desear las cosas que Tú deseas. Sé que cuando te confío con mi vida y con mis planes, Tú actuarás a mi favor.
Escrituras
Acerca de este Plan
Aprenda de las historias de atletas olímpicas que han padecido dificultades y pruebas para experimentar la victoria a través de su dependencia de Dios. Este plan de lectura de un mes explora cómo la Palabra de Dios puede hablar a nuestros corazones en nuestras luchas más devastadoras y en nuestros triunfos más asombrosos.
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Nos gustaría agradecer a Atletas en Acción por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: StruggleandTriumph.com