Lucha y Triunfo: Plan Devocional OlímpicoEjemplo

"Aprovecha la vida" El 17 de Agosto de 1992 está grabado en mi memoria como si fuera ayer. El camino hacia mi búsqueda olímpica estaba finalmente en vista, después de muchos años de preparación. ¡Lo había logrado! Podía ver la linea de meta al final de la recta. Las 10 barreras que habían sido mi nemesis desde los 13 años de edad, eran lo único que se interponía con mi sueño de éxito olímpico.

El estadio estaba repleto; ya comenzó la presentación de los atletas para los finales femeninas de los 100 metros con vallas. Oí mi nombre mientras hablaba con Dios en mi corazón para calmar mis ansiedades. El juez nos llamó a la tan familiar cadencia para iniciar la carrera y ¡se oyó el disparo! En unos breves 12 segundos, la carrera finalizó; observé la repetición de la carrera en la pantalla del estadio, buscando saber el resultado y vi mi nombre como ganadora de la medalla de plata. ¡Lo hice! Después de mi segundo viaje a un Juego Olímpico, ¡finalmente era medallista!

Los siguientes minutos fueron borrosos mientras los oficiales nos alistaban para la ceremonia de entrega. El corto trayecto hasta el podio era algo que había soñado caminar toda mi vida. Anticipaba experimentar las emociones que acompañaban la obtención de un objetivo tan asombroso.

El oficial me colocó la medalla sobre el cuello y me dió la mano. Para mi sorpresa, no sentí nada. El cielo no se abrió, las aves no cantaban, mi corazón no palpitaba ... me sentí algo vacío. Buscaba en mi corazón una explicación de parte de Dios, y fue en ese momento que sentí Su presencia y las palabras de afirmación que este momento tenía poco que ver con mis emociones y más que ver con la comprobación de Su fidelidad a los muchos que habían orado por mí durante más de un año, a raíz de las dificultades personales enfrentadas en el camino a las Olimpiadas. Fue en ese momento que descubrí que el camino es más importante que el resultado final.

Han pasado 20 años desde aquel momento especial, sin embargo, he recordado constantemente del misterio y la maravilla del plan de Dios en el camino de mi vida. Él es fiel; Él puede ser confiado, Él tiene un plan. ¡Gracias Jesús!

Preguntas: ¿El cumplimiento de qué meta te traerá mayor saisfacción? ¿Cómo puedes celebrar el éxito mientras valúas la presencia de Dios más todavía?

Oración: Señor, gracias porque mi satisfacción no puede ser hallado en el éxito - ¡solo Tú satisfaces completamente! Ayúdame a trabajar árduamente para dar lo mejor de mí, pero recordando que Tú presencia es más dulce que cualquier victoria.

LaVonna Martin Floreal es una corredora de atletismo y dos veces participante de los Juegos Olímpicos. Ella ganó la medalla de plata en los 100 metros con vallas en las Olimpiadas de Barcelona en 1992. Allí conoció a su esposo, Erick Floreal, competidor en salto largo y salto triple para Canadá.