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Renovado

DÍA 5 DE 9

TE QUIERO 

Jesús le preguntó a Pedro tres veces seguidas: “¿me amas?” ¿Qué necesidad tenía el Maestro de escuchar la respuesta de su discípulo? ¿Será que Jesús necesitaba de esa adulación tan insistente o tal vez quería hacer sentir mal a Pedro por las tres veces que lo negó? La respuesta es no, el amor y la misericordia de Dios son producto de la muerte y resurrección de Cristo. Jesús nunca nos echaría en cara nuestros errores y fallas, y tampoco necesita de nuestra alabanza para sentirse grande y poderoso. Él ya lo es. ¿Entonces?

Debemos entender algo muy potente: la alabanza y adoración hacia Dios nos benefician directamente a nosotros; tú y yo, al exponernos ante su presencia, en medio de nuestros cantos y exaltación, somos transformados y bendecidos. Mira lo que ocurrió con el pueblo de Dios cuando varios de sus enemigos se unieron para atacarlos. El rey Josafat y todo el pueblo se unieron en clamor y adoración, ya que en sus fuerzas no tenían cómo enfrentar un ejército enemigo tan poderoso; el resultado de un acto que parece tan simple y trivial desató que Dios peleara por ellos, convirtiendo a ese ejército, que parecía tan invencible, en un montón de cadáveres; el Señor mismo batalló por ellos. ¿No te parece asombroso? Cuando exaltamos a Dios con un corazón sincero el cielo se abre en nuestro favor para hacer de nuestra realidad un poderoso milagro que a los ojos del mundo es algo sobrenatural. 

Este año mi padre estuvo al borde de la muerte por COVID. Los médicos no nos dieron esperanza y afrontamos momentos muy difíciles. Yo, lo único que hice fue aquello que he aprendido desde pequeño. Llevé mi guitarra al hospital y levanté mi voz en adoración; al pasar los minutos, en aquel frío hospital, su presencia comenzó a descender y su poder comenzó a manifestarse de una forma muy especial. El personal médico fue tocado por Dios, algunas personas lloraron y en la mayoría de habitaciones abrieron las puertas para que el sonido de mi voz pudiera entrar con mayor facilidad. Yo solo canté y agradecí a Dios por la vida de mi padre y la de cada paciente que estaba allí. Después de ocho días, mi padre salió completamente sano y escuché de varios milagros que, como resultado de esta adoración espontánea, sucedieron aquella tarde. Por eso, cada día de mi vida le cantaré a Dios: “te quiero, te quiero, te quiero”.

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Acerca de este Plan

Renovado

Renovado, un camino que nos lleva a conocer lo que Jesús puede hacer en nuestras vidas. Solo Él es capaz de darnos una nueva perspectiva, una nueva manera de actuar y sobre todo, una nueva identidad.

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Nos gustaría agradecer a ALEX CAMPOS por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.youtube.com/alexcampos