El Hombre Que Dios EnvióMuestra

Permanece en Cristo

Juan era mayor que Jesús. Era su primo. Pero Jesús existió antes que él. Él estaba en el pasado, él está en el presente y él está en el futuro. Jesús está en todas partes; él es omnisciente y omnipresente. Ese es un buen motivo de oración.  Pregúntale a Dios qué tiene para tu futuro. Ora por tus hijos. Ora por el mañana. Nuestras oraciones son como incienso ante el trono de Dios. Dios contesta nuestras oraciones; incluso envía a sus ángeles, que son espíritus ministradores para hacer su voluntad (Hebreos 1:7). Ora antes de entrar en una mala situación porque Dios está en el futuro. 

Algunas personas dicen que, porque ya no vivimos bajo la ley, sino por gracia, podemos hacer lo que queramos. Normalmente esas son personas que no están viviendo una vida guiada por el Espíritu. Están viviendo para complacer sus apetitos de la carne en lugar de a Dios. Ellos solo se mantienen cayendo en el pecado, viviendo una vida carnal.

Ahora, la gracia es muy importante. Vivo en gracia. Debemos vivir en gracia. Si tienes al Espíritu Santo en ti, vives para agradar a Jesucristo y obedecer su Palabra. Así es como funciona. No es como si estuviera sentado aquí recitando los diez mandamientos para mí mismo: No matarás; no codiciarás; no cometerás adulterio; no mentirás. Obedezco los mandamientos por el deseo de agradar a Dios. Y cuando cometo errores, porque nadie es perfecto, le pido a Dios que me perdone. Si dices que tienes el Espíritu Santo en tu vida, pero sigues cayendo en pecado tras pecado, ¿eres salvo? ¿O simplemente estás jugando a la iglesia? Es posible que debas hacer un inventario de tu vida.

Tener una relación con Jesús no es una barra de ensaladas. No eliges solamente lo que quieres. No puedes decir: «Me gusta que Jesús muriera en la cruz por mis pecados; eso está estupendo. Pero quiero acostarme con mi novia, así que realmente no me gusta toda esa parte de que no cometerás adulterio».

Mientras permanezcas en Cristo, todos somos buenos. Pero si dijiste una oración y no estás viviendo una vida dirigida por el Espíritu, simplemente no concuerda. Tienes que hacer tu propio inventario. Jesús dijo estás a mi favor o en contra de mí. Así de simple.