Abrumada Por Mis Bendiciones (Parte 11)Muestra

Conectada

Todos los pensamientos de mamá y preguntas locas. Sabes que las has preguntado, o al menos las has pensado. ¡Estás haciendo y diciendo cosas que nunca soñaste!

"¡Si tengo que decirlo una vez más!"

"¡No enloquezcas a tu hermano!"

"¿Podrías POR FAVOR darte prisa?"

"¡¿Me estás tomando el pelo?!"

Incluso suenas como tu propia madre, lo que juraste que nunca sucedería.

Somos tan inadecuadas para manejar todas estas situaciones. Nadie nos dijo que sería tan difícil. Nuestras mamás ciertamente nunca lo hicieron, ¡porque querían tener nietos!

En 35 años de criar a mis hijos, esto es lo que descubrí: si estaba conectada a la Fuente, Su fruto estaba allí. Amor, gozo, paz, paciencia, bondad. Pero cuando no estaba conectada, el fruto todavía estaba allí. Un mal fruto. Descortesía, palabras duras, discordia, impaciencia. Es como si mi conexión con el Espíritu Santo tuviera una deformación. En medio de todo el caos, el llanto, los ojos en blanco y las actitudes malhumoradas, olvidé estar conectada. Mis circunstancias se volvieron más grandes que mi relación con Jesús.

Se necesita un esfuerzo constante para mantenerse conectada con Jesús. Aprender a permanecer en Su presencia requiere práctica y más práctica. Redireccionar nuestros pensamientos cuando saltan al peor de los casos. Es recordarnos a nosotras mismas que Él está para nosotras y está trabajando incluso en esas cosas difíciles para nuestro bien. Es verlo a Él en la luz del sol o en una flor y escuchar Su voz en el trueno o el viento.

Mantenerse conectada con Él es estar agradecida incluso cuando hay leche derramada en el automóvil o café en tu alfombra nueva. Se trata de permanecer conectada con Él en las oraciones que se ofrecen durante las comidas, pero quizás lo más importante, mantenernos conectadas a Él, mientras limpiamos un trasero o contenemos nuestras palabras duras y enojadas.

Permanecer en Su presencia es momento a momento, conflicto a conflicto, gracia a gracia. Nunca es un proceso de “una vez y hecho”, pero es algo que continuaremos practicando y practicando nuevamente.

Él está aquí y nunca nos dejará. Su mano está extendida, la puerta está abierta. Nos invita a permanecer con Él donde su abundancia nunca se acaba. ¿Te unirás a él?

Padre, mi deseo realmente es estar conectada contigo. Sé que el fruto que produzco a menudo no es beneficioso para mí ni para mi familia cuando dejo que mis abrumadoras circunstancias me guíen en lugar de permanecer en Ti. Sé que estás cerca, pero lo olvido muy rápido. Que mi corazón y mi mente estén sintonizados contigo, fuerza mía. Gracias por tu amor y paciencia conmigo. Comenzaré hoy a buscarte en toda circunstancia.