Abrumada Por Mis Bendiciones (Parte 11)Muestra

¿Dónde está lo bueno?

Los niños discuten sin parar y necesitas un silbato para detener el ruido. Estás resolviendo argumentos todo el día, juez y jurado. Tus días parecen llenos de discordia y agitación sin fin, como el largo invierno cuando no hay sol. ¿Cambiará esto alguna vez? Te sientes como la enemiga de tus hijos y estás perdiendo la esperanza de que puedan aprender algo positivo de ti. ¿Dónde está lo bueno en todo esto?

Recuerdo haberme sentido así muchos días.

Un día, mientras cuidaba nuestro huerto, me encontré con un pepino muy grande, demasiado grande. Los pepinos deben recolectarse a diario durante los días calurosos del verano, y aunque los cultivo en un enrejado, de alguna manera no había visto este.

Verás, estaba cerca del suelo, cubierto por las hojas verdes de la vid. Había echado de menos encontrar este pepino demasiado crecido, porque no me había agachado lo suficiente para encontrarlo.

¿Podría ser esto lo que sucede, incluso con nuestros hijos? ¿Podría la rutina diaria de nuestras vidas cubrir lo que realmente está sucediendo en sus corazones? Tal vez haya fruto, y no nos hemos agachado lo suficiente, de rodillas, para verlo.

¡Ore hoy por un destello de ese crecimiento! Pídele que te muestre solo un poco del fruto que crece incluso en el desorden de tus relaciones.

Él te lo mostrará. Pero tal vez necesites estar de rodillas para verlo.

Padre, por favor muéstrame un vistazo de Tu bondad obrando en la vida de este niño en particular que pesa en mi corazón. Dame la humildad para agacharme, para buscarte en el trabajo cuando todo lo que veo es una maraña de crecimiento, pero no un buen fruto. Elijo creer que estás ahí. Te pido que me des paciencia y perseverancia para no rendirme hasta que vea lo que quieres que vea. Que mi amor por este niño crezca.