Más Que VencedoresEjemplo

A los que aman a Dios…

"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." (Romanos 8:28)

En la primera estrofa de este versículo dice que a los que aman a Dios…y es digno de preguntarnos: ¿de qué clase de amor está hablando Pablo aquí?

Está hablando nada más y nada menos que de la clase de amor única e inigualable que expresa el primer y más grande mandamiento que es: Amarás a tu Dios con toda tu alma, toda tu mente, todo tu corazón y todo tu ser. Esa es la clase de amor por Dios que te hace ser más que un vencedor en esta vida y no hay otro punto de inicio y punto final que no sea amarle con cada fibra de ti.

¿Por qué hago la aclaración? Porque muchos son los que “aman” a Dios, pero le aman con un amor efímero y pasajero, una simple emoción que se enciende ahora pero en cualquier momento se apaga, porque eso es y nada más, una emoción y eso para Dios no tiene propósito.

Los que le aman con el amor Ágape, desinteresadamente, por Su esencia, por quién es Él y por todo lo que ya hizo desde antes de nuestro nacimiento, desde antes de la fundación del mundo, esos son los llamados conforme a Su propósito para manifestar Su Gloria en esta tierra.

Esos saben aprovechar cada etapa de la vida, sea buena, no tan buena o sea mala, porque saben que ese amor con que le aman es y será suficiente para que todo obre a su favor, para su crecimiento y desarrollo como hijos amados del Gran Yo Soy, porque solo a los que le aman… todas las cosas les ayudan a bien.