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ENEMIGUITOS DE DIOS

“¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios” (Santiago 4:4).

Todos (me imagino que todos) hemos escuchado que Dios es nuestro amigo (y realmente lo es); pero ¿alguna vez has pensado si realmente eres tú amigo de Dios? ¿Puede Dios confiar en lo que le dices? La cita bíblica nos menciona que, si somos amigos del mundo, somos enemigos de Dios. ¿A qué se refiere esta cita bíblica? Son muchas las preguntas que podemos hacernos sobre este tema tan interesante. En este devocional nos daremos cuenta si nosotros somos amigos de Dios.

Ser enemigo de Dios tiene ciertas características negativas:

- No hacer su voluntad.

Cuando no hacemos la voluntad de Dios, no estamos predicando, no estamos llevando en nuestro corazón lo que son el evangelio y las almas que necesitan de ese evangelio dado por Dios. Para ser amigos de Dios debemos hacer su voluntad que es llevar esperanza a quienes lo necesitan; pero no es para hacerlo un día y ya todo acaba, sino todos los días de nuestras vidas porque estamos completamente llenos de su presencia y su poder.

La Palabra de Dios da mención de algo similar con hacer la voluntad de Dios y de ser amigo de Dios: “Juan le respondió diciendo: - Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue, y se lo prohibimos porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: - No se lo prohibáis, porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda hablar mal de mí, pues el que no está contra nosotros, por nosotros está” (Marcos 9:38-39).

- Quien juzga a los demás.

El mismo Santiago en la biblia menciona que “uno solo es el dador de la Ley, que puede salvar y condenar; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro” (Santiago 4:12). Es decir, no podemos andar criticando y juzgando a otros porque existe Dios, que es el dador de la vida, para hacerlo en su debido momento.

Si queremos caminar de la mano con Dios debemos llevar el mensaje de paz y amor a los demás sin juzgar y maltratar a otros.

- Quien dice que ama, pero odia.

Este ha sido un tema tratado no solo por cristianos, sino por personas fuera de la comunidad cristiana. No podemos decir que amamos a alguien si realmente lo odiamos con todo nuestro ser a tal punto que no queremos verlo cuando nos pasa por el frente. 1 Juan 4:20 nos menciona algo muy importante que debemos tomar en cuenta a la hora de decir si amamos a alguien o no: “Si alguno dice: yo amo a Dios, pero odia a su hermano, es mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”

Aquí podemos ver como cambia la jugada de todo el sentido porque entra Dios en la conversación. Para amar se debe sentir y demostrar. Dios es amor, y no hay duda de eso. Los fariseos y escribas decían amar a Dios, pero no amaban al Hijo que es el mismo Dios en la tierra. ¡ESO ES DE HIPÓCRITAS! Si de verdad queremos ser amigos de Dios, debemos amar con todo nuestro ser a quienes nos odian, porque así amó Cristo en la tierra y debemos seguirle los pasos.

Te pregunto, ¿te consideras amigo de Dios? ¡Vive como Jesús vivió!

Este plan bíblico ha llegado a su final. ¡Espero que haya sido de bendición para ti y los tuyos!

- Richard Paredes