Preparados para la guerra Muestra

Salmo 18

David dedica el Salmo 18 a Dios en son de agradecimiento por haberlo protegido de Saúl y de todos sus enemigos.

Este cántico refleja a un David siendo un muchacho entregado a Dios, con un corazón temeroso ante su presencia.

En el Salmo 51 también encontraremos a un David, pero a diferencia del 18 dejaría de ser un joven y comenzaba a ser un rey arrepentido por el pecado que había efectuado.

Reconociendo sus transgresiones y aceptando la buena voluntad de Dios para él, justificando su comportamiento indecoroso con la maldad de su nacimiento, humillado ante Él, proclamando un corazón nuevo y limpio con ritos de purificación derramado ante su presencia.

Cualquiera como David en esta vida puede agradecerle a Dios de su inmensa generosidad, pero como él también podremos pecar, olvidando todo aquello que Dios hizo por nosotros, menospreciando su voluntad para nuestras vidas.

Dios perdonó la transgresión del rey David.

Dios perdona el pecado, pero las consecuencias las tendremos que pagar.

La historia destaca a David por su valentía y liderazgo, y la Biblia por su humildad y sumisión ante Dios.

Quizás haya sido uno de los soldados más grandes y respetados de la historia israelita, pero era humano con sus falencias y virtudes, así como lo somos nosotros.

Aceptando sus equivocaciones a lo largo de su trayectoria en esta vida, David nos enseña que a pesar de tenerlo todo, primeramente, somos soldados de Dios y que debemos estar preparados para la batalla de esta vida, mirando hacia delante, con los ojos en la cruz.