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Liderazgo Re-Formulado

DÍA 5 DE 5

EL LÍDER NO HUYE DEL CAMBIO.

Pablo era prisionero y se encontraba en un barco con destino a Roma cuando se desata una tormenta que obliga a la embarcación a llegar a Malta con el barco ya despedazandose. Cuando estadio las actitudes y acciones de Pablo en estas circunstancias de un cambio de planes tan drástico y obligado aún con probabilidad de muerte, simplemente sé que me falta demasiado por llegar a tal punto de dependencia del Señor.

Esta historia nos muestra que, como hijos de Dios, aún en el liderazgo, antes de llegar al destino tendremos que atravesar tormentas y que algunas de ellas romperán nuestros barcos. Algunas tormentas simplemente vendrán tan fuertes que nos obligarán a cambiar nuestros planes.

Cuando pienso en barcos rotos me viene a la mente la carta a los Romanos, en el capítulo 12 que anima a los lectores a que no imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, sino que dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Por supuesto que la palabra de Dios es la que produce en nuestros corazones esta transformación, pero también no tenemos que dejar a un lado la verdad de que la soberanía del Señor permite circunstancias en nuestras vida que también ayudan para bien a los que lo amamos.

Pablo entendía esto, y estaba convencido que Dios tenía un propósito cocinándose detrás y aún en medio de ese momento tan duro, que ni siquiera era un viaje misionero oficial suyo, él optó por sobrevivir, escuchando la voz de Dios y ayudando a los demás también a sobrellevar esa tormenta, aún cuando los planes eran otros. Pablo no se dedicaba a “hacer viajes misioneros” sino que él vivía una vida misional, de dependencia absoluta y obediencia a Dios así que una tormenta y un barco roto no serían obstáculos para que Dios lleve a cabo su voluntad.

Como Pablo, los líderes cristianos debemos entender que la adversidad está garantizada. Los problemas son parte del liderazgo y que el llamado al liderazgo también incluye el sufrimiento. Pablo podía no sólo mirar hacia adelante, sino que también podía aceptar el caos y meterse en él en dependencia del Señor, porque sus convicciones eran más fuertes que la misma tormenta que los estaba azotando.

Por otra parte, al igual que Pablo, necesitamos entender que nuestro viaje principal es el espiritual, el relacional con Dios, por lo que Roma es secundario o adicional. Todos tenemos viajes distintos, proyectos y planes a realizar, aún en el ministerio sirviendo al Señor, pero no debemos perder de vista a nuestra prioridad; la relación con Cristo.

Entendiendo y practicando estos puntos, nuestro viaje del liderazgo puede cambiar, y puede transformarse en un viaje de calidad, en un liderazgo con convicciones arraigadas y derramado a una causa mucho más grande que sólo la organización o a la estructura a la que servimos.

¿Con qué actitud afrontas los cambios?

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Día 4

Acerca de este Plan

Liderazgo Re-Formulado

Un plan de lectura corto que nos ayudará a Re-formular nuestro concepto del liderazgo, analizando las escrituras.

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We would like to thank David Domínguez for writing this plan.