En El Principio: Un Estudio en Génesis 15-26Muestra

¿Cómo es Dios fiel con las familias durante generaciones?

Después del pacto de Dios con Abram en Génesis 15, y el pecado sexual de Abram con Agar en Génesis 16, Dios instituye la circuncisión masculina con Abram como señal del pacto en Génesis 17. La razón por la cual Dios escogió marcar a Sus hombres en esta parte de su anatomía no nos es revelada. Sin embargo, tiene sentido ya que, para los hombres, esto es de gran importancia para ellos, el medio por el cual conciben hijos, y la causa de algunos de sus pecados más graves, como hemos visto en Génesis y a lo largo de la historia humana.

La circuncisión se realizaba con un cuchillo afilado o con una piedra. La circuncisión comenzó en Génesis 17 con Abram, que tenía 99 años de edad, como señal de su pacto con Dios, al igual que el arco iris fue la señal del pacto de Dios con Noé. Dios le habló a Abram y este respondió al mandato de Dios con fe, postrándose sobre su rostro para adorar a Dios. Entonces Dios cambió su nombre de Abram, que significa “padre exaltado”, a Abraham, que significa “padre de una multitud”, ya que el tiempo para que Dios cumpliera Su promesa de un hijo para Abraham estaba muy cerca. Dios entonces describió Su pacto con Abraham para incluir a sus descendientes.

Dios también le dio a Abraham los términos del pacto que incluían que Abraham y sus descendientes confiaran en Dios por fe y en obediencia al caminar con Dios, como lo habían hecho Enoc y Noé. La señal de su fe en Dios y membresía en el pacto sería la circuncisión de la carne masculina de cada generación, y de todos los varones de cada casa bajo cada liderazgo como cabeza de hogar.

Desde el punto de vista teológico, el pacto de la circuncisión nos da un entendimiento significativo de las doctrinas de la soberanía de Dios y la responsabilidad humana obrando juntas. En el pacto de la circuncisión, Dios se compromete a ser un Dios digno de confianza. Él también llama a Su pueblo a obedecerle por fe, ya que Él los creó para ser agentes morales responsables.

Dios entonces le dijo a Abraham que el nombre de su esposa sería cambiado de Sarai, que significa “contenciosa”, a Sara, que significa “princesa”. Dios también prometió que, a través de Sara, la princesa, vendrían reyes y que el cumplimiento final sería el nacimiento de Jesucristo, que es el Rey de reyes prometido al bisnieto de Sara, Judá, en Génesis 49:10.

Dios se le apareció a Abraham, algo que sucede en contadas ocasiones en Génesis (12:7, 18:1, 26:2, 26:24, 35:9). Al igual que el capítulo 15, Abraham le habló a Dios con incredulidad en lugar de simplemente obedecerle por fe. Posteriormente, en otra mini caída, Abraham se rio de Dios desconfiando de que él y Sara pudieran concebir como Dios había prometido.

Dios amablemente reafirmó Su promesa a Abraham de que tendría un hijo, e incluso le indicó que le pusiera el nombre de Isaac, que significa “risa”, ya que el ultimo en reírse sería Dios. En resumen, la parte de Dios en el pacto con Abraham consistía en la descendencia (Génesis 17:4-6) y fidelidad eterna (Génesis 17:7-8). Dios también respondió amablemente a la petición de Abraham de bendecir a su otro hijo, Ismael, aunque no era el hijo de la promesa o del pacto.

Abraham inmediatamente obedeció a Dios, como deja claro Moisés con la declaración “Ese mismo día...” Abraham fue circuncidado a la edad de 99 años junto con todos los varones que había en su casa, tal como Dios se lo había mandado. Hizo esto porque Dios prometió que cualquier varón que no fuera cortado en la circuncisión sería cortado por completo por Dios.

El pacto de Dios con Abraham en Génesis 17 ha desconcertado a los teólogos porque Dios ya había establecido un pacto con Abraham en Génesis 15. Las tres razones más probables para ambos relatos son que Dios estaba ampliando el pacto de la tierra en Génesis 15 con la descendencia en Génesis 17, Dios estaba reafirmando Su pacto con Abraham después de que pecara con Agar en Génesis 16, o Dios estaba ampliando Su promesa de pacto a Abraham de no ser el padre de una gran nación (12:2), sino el padre de muchas naciones (17:5).

A lo largo del resto de las Escrituras, los conceptos de pacto y circuncisión se amplían para incluir también a nosotros, los cristianos, como descendientes de Abraham por medio del nuevo nacimiento. La circuncisión señalaba la circuncisión que Dios trae a nuestros corazones a través de su relación de pacto con nosotros (Deuteronomio 10:16, 30:6; Jeremías 4:4; Ezequiel 44:7-9; Romanos 2:25-29; Colosenses 2:11). Aquellos con corazones circuncidados por el Espíritu Santo son verdaderamente descendientes de Abraham, ya que, como él, viven en una relación de pacto con Dios por fe en Jesucristo (Romanos 4; Gálatas 3:6-8).

Pregunta:

1. Dios invitó a Abraham a caminar con Él (17:1) al igual que Adán, Enoc, y Noé antes que él. ¿Qué significa para ti caminar con Dios de manera práctica?