Ser Padres Con GraciaMuestra

La gracia y la identidad

Un área en la que la crianza con gracia puede tener un enorme impacto es el área de la identidad o la autoestima. Las fuerzas culturales están socavando las normas bíblicas sobre nuestro valor, nuestros roles y nuestra función como seres humanos. El resultado es una confusión masiva en los niños y una búsqueda aparentemente infructuosa e interminable de significado y propósito. La gracia es un antídoto para esta enfermedad de la sociedad contemporánea.

Como ya se ha dicho, el hogar es el entorno perfecto para alimentar la gracia. Pero si los padres tienen una concepción defectuosa de Dios, esto puede resultar en una vida hogareña disfuncional. Un hogar sin gracia distorsiona el carácter de Dios de cinco maneras diferentes. Caracteriza a Dios como 1) cruel y caprichoso, 2) exigente e incapaz de perdonar, 3) selectivo e injusto, 4) distante e inaccesible y 5) amable, pero confuso[1]. A Satanás le encanta difundir estas mentiras perniciosas sobre Dios y una visión defectuosa del amor y la gracia de Dios puede conducir a una visión dañada y deficiente de nosotros mismos.

Un mensaje central de la gracia es éste: eres valioso para Dios. Eres importante para Dios. Eres amado por Dios. Dios te cuida. Cuando los niños aprenden que su valor está ligado a sus logros, o que el amor está condicionado a su éxito, o se dan cuenta de que no son «tan buenos» como otros niños, el fracaso inevitable da lugar a la vergüenza, el desánimo e incluso la depresión.

Mi mujer ha sido consejera en un centro de crisis para embarazadas durante años. Un tema común en quienes se enfrentan a un futuro incierto, a causa de un embarazo inesperado y no planificado, es la baja autoestima. Buscan el amor en los lugares equivocados. Se ven a sí mismas como si valieran poco o nada, y la vida no tiene sentido ni propósito. Cuando la luz del amor y la gracia de Dios brilla en sus oscuros corazones, transforma sus vidas. «Te he amado con amor eterno; por eso te he atraído con misericordia» (Jeremías 31:3b).

Un hogar lleno de gracia ofrece una visión bíblica de Dios: Él nos busca incansablemente, desea tener intimidad con nosotros, es sufrido y paciente con nosotros, y cuando somos más débiles, Él es fuerte. Los padres piadosos comunicarán esta verdad a sus hijos con frecuencia y la modelarán en su relación con ellos. No, no somos Dios, pero su gracia fluirá a través de nosotros en un momento de necesidad.

[1]Sandra D. Wilson, Released from Shame: Moving Beyond the Pain of the Past, rev. ed. (Downers Grove, IL: IVP Books, 2002), 141–156.