Mira el Pozo

Y Dios le abrió los ojos, y ella vio un manantial (pozo de agua); entonces fue y llenó el odre con agua, y le dio de beber al niño (Génesis 21:19 RVC).

Una de las cosas que más genera preocupación es no tener aquellas cosas que necesitamos y más aún cuando son para nuestros hijos. Recientemente estaba trabajando con algunas recomendaciones que la escuela nos dio para nuestro hijo y de pronto me encontré preocupada porque no tenía todos los recursos para ello.

Hay temporadas en nuestras vidas donde no vemos las cosas de la misma forma en que Dios las está mirando. Esto me recuerda la vida de una mujer llamada Agar, la sierva de Sara, de la cual Abraham tuvo un hijo llamado Ismael. Luego que Sara tuvo a Isaac; Agar, junto con su hijo, fueron echados fuera de lo que podríamos decir que era su hogar.

Agar caminó por el desierto de Beerseba (su nombre significa el desierto de los siete pozos) hasta que ya no tenía agua para ella ni para su hijo. En este momento ella se llenó de temor, al punto de alejarse de su hijo para no verlo morir.

El ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: “¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, que Dios ha oído la voz del niño ahí donde está. Vamos, levanta al niño y sosténlo de la mano, porque yo haré de él una gran nación” (Génesis 21:17-18). Luego, Dios abrió los ojos de Agar y ella vio un pozo en medio del desierto.

A veces sentimos que estamos en un desierto y creemos que no hay provisión para nosotras. Podemos pensar que a nadie le importa nuestra necesidad. Incluso, escuchamos la palabra desierto y la asociamos con muerte. Realmente, Agar no estaba en cualquier desierto, estaba en el desierto de los siete pozos, Beerseba. Estaba en el lugar de la provisión de Dios para ella y su hijo.

En medio de lo que parece una necesidad, Dios desea abrir tus ojos para que veas que Él es el pozo de tu provisión. A Dios le interesa tu necesidad, por eso ha prometido que nunca te dejará y que siempre estará contigo (Josué 1:5). Es maravilloso ver como Dios, no solo hizo provisión para Agar y su hijo en ese momento, Él hizo provisión para toda la vida de Ismael en el desierto (Génesis 21:20).

Podemos experimentar el temor al igual que Agar, pero la voz de Dios te dice: “Levántate, recuerda mis promesas”. Pide a Dios que abra tus ojos para que veas el pozo. En este día, levántate y toma Sus promesas, confía y mira lo que Dios tiene para ti y los tuyos. Dios abrirá tus ojos, Él es tu pozo, Él es tu provisión. No ajustes tu FE a las circunstancias, ajusta tu FE en quién has creído. Cree que Él es tu provisión, Él es tu pozo en el desierto.