No Te CubrasMuestra

Camino hacia Su voluntad.

Hacer la voluntad de Dios está sumamente conectado con la obediencia, ya que si no escuchamos lo que Dios tiene para instruirnos y lo llevamos a cabo no estaremos yendo hacia Sus planes. Por lo tanto, no veremos el entorno muy claro. Para lograr ser obediente es necesario conectar con la fuente de agua viva y tener en cuenta que la voluntad de Dios se va a dar independientemente de cuánto la evadamos, siendo consciente o no de ello. Porque los planes del Señor son mejores que los nuestros (Jeremías 29:11).

Seguir a Jesús no es un camino para nada fácil, pero no es imposible y es también la mejor decisión que una persona puede tomar. Podemos equivocarnos o caer porque somos humanos. Pero, está en nosotros volver al camino correcto por más errores que tengamos, ya que no se trata del tamaño de tu pecado sino del Dios grande que te espera con los brazos abiertos.

Lo que Dios tiene guardado para darnos va a llegar cuando estemos preparados para recibirlo. Tal vez no es el momento o nos falta poner más esfuerzo en mejorar y cambiar aspectos de nuestro alrededor e interior para estar listos. Debemos esperar la lluvia (Santiago 5:7) y saber percibir su llegada, ya que en ocasiones no es de la forma que hubiéramos imaginado o querido pero va a llegar y va a ser mejor de lo que teníamos pensado. Un error común que cometemos es elegir los planes para nuestras vidas como si tomáramos el papel de Dios, dándole a elegir entre nuestras propias opciones. El querer algo es agregado como un sueño o deseo que nos gustaría alcanzar. Y no podemos poner en primer lugar a ninguna otra cosa que no sea Dios. Su mandamiento es amar al Señor nuestro Dios sobre todas las cosas.

Somos Su creación, no el Creador. Por lo tanto, debemos aceptar lo que el Padre nos manda y acatarlo en vez de orar pidiendo que se haga nuestra voluntad. Los hijos de Dios tenemos que orar como Jesús nos ha enseñado: Hágase tu voluntad así en el cielo como en la tierra (Mateo 6:10).

Si ocurriera que nos dejamos llevar por deseos y/o pensamientos mundanos o también llamados de la carne, tenemos la posibilidad de elevar a Dios en oración toda cosa que nos preocupe o que nos cueste para recibir Su ayuda y además para hacer Su voluntad, aun sin entenderla. Lo importante es mantener en la mente y el corazón asuntos espirituales y no terrenales. Buscar tesoros en el cielo porque donde esté el tesoro estará el corazón (Mateo 6:19-21).

Seguirlo no es solo cree. Si bien es esencial no basta con creer solamente, Jesús vino a ser el autor de la eterna salvación para todos los que le obedecen (Hebreos 5:9). Por lo que debemos estar atentos a su llamado.