Fuera Del DesiertoMuestra
Refugio y sombra
Hay momentos en los que tenemos que repasar las verdades profundas que Dios nos ha revelado acerca de su Hijo Jesucristo. Nos acostumbramos a mencionar su nombre, a oír hablar de Él e incluso a decir que le amamos. Es natural, somos sus hijos y Él está morando en nosotros.
Pero es saludable para nuestra alma, que repasemos lo aprendido y queramos que Dios ponga como un sello su verdad en nuestro corazón. De esta manera podremos pelear la batalla de la fe y vivir la vida en Cristo convencidos de quién es el que vive en nosotros.
Por eso, quiero llevarles a esta palabra tan hermosa y prometedora que encontramos en Isaías 32:2, “Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.”
En este versículo encontramos una descripción maravillosa y clara de la obra que hace Jesús, el Rey justo, a favor de sus hijos. Porque es una realidad que hay vientos fuertes que se presentan en la vida. Los problemas, las luchas, así como pruebas, tentaciones, dificultades hacen su aparición inesperada en diferentes momentos de la vida.
¿Cómo lidiaríamos con ellas si no tuviésemos a Jesús? Cuán confortante es saber que Él es nuestro escondedero y nuestro refugio. Es Jesús el abrigo del cual habla el profeta en Isaías 4:6, “Y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.” Esta es una verdad revelada que nos ayuda a descansar en el cuidado que tiene nuestro amado Salvador por nosotros.
Así como Jesús es nuestro escondedero y nuestro refugio, es también arroyode aguas en tierra de sequedad y sombra de gran peñasco en tierra calurosa. Nos cubre su gracia, su bondad, su misericordia. Cuando las cosas se tornan difíciles y nos parece que atravesamos un desierto, buscamos en nuestra alma la promesa de las aguas de salvación que tenemos en Cristo. Entonces nuestra alma se refresca y es saciada nuestra sed.
Escuchemos al Dios de los cielos decir: “Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios deIsrael no los desampararé. En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca.” Is. 41:17-18Dile a tu alma, Jesús es mi refugio, mi escondedero, el agua y la sombra que necesito a cada instante de mi vida.
Escrituras
Acerca de este Plan
Los seres humanos pasamos por circunstancias que se asemejan a la estadía en un desierto. Ese tiempo de sequedad se empeora en la medida en la que se sigue experimentando la aridez en el desierto sin tener la más mínima esperanza de salir. En este plan reflexionaremos sobre la lluvia de Dios que llega para cambiar el desierto en ríos y que nos bendice permitiéndonos salir fuera del desierto.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/GrettchenStage