Conoce a Dios

Crea tu lugar secreto

Si te dijese que hay un lugar en el que Dios siempre está y donde puedes encontrarte con Él cara a cara, ¿irías a su encuentro?

Si tu alma ha respondido «Sí» con entusiasmo, probablemente te preguntes cómo llegar a ese lugar, a dónde debes viajar, cuánto te costará o cuán difícil sea encontrarlo en el mapa. Seguramente, te preguntes cuál es la puerta que debes abrir para llegar a ese lugar de encuentro con Dios. Sin embargo, Jesús nos reveló que para llegar allí no hay que abrir una puerta, hay que cerrarla.

Cuando entras en tu habitación y cierras la puerta con la intención de encontrarte con Dios, abres el portal espiritual a la presencia mis­ma del Padre Celestial. Al cerrar la puerta de tu habitación, abres la puerta de acceso al trono de Dios. ¿Te parece demasiado bueno para ser verdad? No lo digo yo, lo dice Jesús.

A este lugar de encuentro, Jesús lo llamó el «lugar secreto». Pero, por favor, no te preocupes si tu habitación solo tiene una cortina o sim­plemente es un lugar sin puerta, porque, en realidad, «cerrar la puer­ta» significa crear un espacio íntimo para el encuentro entre Dios y tú, un lugar secreto donde solo el Padre te ve. Jesús mismo afirma que el Padre no se resiste ante tal invitación. Por lo que, si creas un lugar secreto para el encuentro íntimo con Él, Su presencia está garantizada.

«Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público».