De Corazón a CorazónMuestra

¿Cuál es la fuente de tu vida?

En el libro de Génesis, hay una historia en particular, que tiene por coprotagonistas a dos mujeres, Lea y Raquel, las esposas de Jacob, a la cual, he notado que no se les presta mucha atención a lo que sucede entre ellas. Como deben recordar, Jacob trabaja durante 7 años para su tío Labán, para pagar la dote de su hija Raquel (la menor) a quien él amaba, pero cuando llega el día de la boda, Labán le entrega a Lea, su hija mayor. Jacob se enoja y le reclama a su tío, y él lo obliga a trabajar 7 años más por Raquel. Así que, de no tener ninguna esposa, paso a tener 2, por no aceptar lo que Dios había decidido para él.

La parte de esta historia que nunca prestamos atención es que, Lea era despreciada por Jacob, aunque ella anhelaba ser amada. Dios, vio que Lea era despreciada y le concedió un hijo, al cual Lea llamó Rubén (Dios me ve). Pero, en vez de enfocarse en Dios, a Lea se le ocurre una idea: “Si le doy un hijo a Jacob, me va a amar”. Concibió otra vez, y lo llamó Simeón, (Dios me oyó), concibió una vez más, y lo llamo Leví, y dijo: “Ahora que le di 3 hijos, esta vez si me va a querer”.

Concibió otra vez, y dio a luz un hijo más, y dijo: “Esta vez voy a alabar a Jehová”, y llamo a su hijo Judá, tribu de la cual descienden todos los reyes de Israel. Esta vez, Lea dejo de esperar en Jacob, y decidió que la fuente de amor en su vida sea Dios.

Por otro lado, Raquel, tenía el amor de Jacob, pero ella no se sentía realizada, porque no tenía hijos, y un día enojada, le dijo a Jacob: ¡DAME HIJOS PORQUE SI NO ME MUERO! Y Jacob le responde con una pregunta crucial: ¿Soy yo acaso Dios? La historia continúa, pero hasta acá, podemos reflexionar, que Lea necesitaba amor, y Raquel satisfacción, y ambas buscaban saciar esa necesidad en Jacob, cuando debían buscar esa fuente en Dios.

Cuando Dios nos llama, hay momentos en donde se pone a prueba todo lo que representa nuestra vida. Y, en esos momentos debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿En dónde está la fuente de mi vida, de mi identidad? Puede ser, tal vez, en llegar a casarte, u obtener un título, o cumplir un sueño, pero ninguna de estas cosas va a llenarte como Dios puede hacerlo.

Es importante que entiendas esto, ya que, si algún día Dios te llama y te saca de tu zona de confort, Él se va a convertir en tu patria, en tu hogar, en tu familia, en tu amigo, en tu sustento, etc. Y necesitamos encontrar ese camino a casa en Él.

Oración:

Sé sincero con Dios, y dile la verdad de lo que sientes. Yo tuve que hacerlo. Tuve que reconocer que no siempre tener a Dios fue suficiente para mí, y muchas veces no me sentí amada. Siendo honesta con Dios, le pedí que pudiera experimentar más Su amor, y que Él sea suficiente para mí. Hoy, te puedo asegurar que con el tiempo las cosas cambiaron mucho en mi corazón.