En El MedioMuestra
En el principio, en el fin... En el medio.
Ayer hablamos un poco de Jacob y de como su vida puede representar a una gran parte de nosotros. Pero, hoy vamos a hablar de un pionero en escuchar la voz de Dios, un pionero en obedecer sin garantías, un verdadero hombre de la fe quien se encuentra en el salón de la fama en el libro de Hebreos. Abraham.
Todo comienza en el capítulo 12 de Génesis y termina en el 25,. Pero en esos, relativamente cortos, capítulos de la vida de Abraham quedaron registradas las hazañas de un hombre que con 75 años emprendió una aventura totalmente desconocida solo porque Dios le dijo: "Deja tu país, tu gente y a tus padres, te llevaré a una tierra que te mostraré".
Los milagros que Dios hizo en la vida de Abraham son impresionantes y las promesas que cumplió fueron imposibles. Física, química, genéticamente imposibles. Pero así fueron.
Y es que a veces, llegar se demora. Creo que las promesas hacen que nuestros ojos se deslumbren y nos llenamos de emoción por lo que está a punto de suceder y me encantan porque ese es uno de Sus propósitos. Las promesas de Dios son más valiosas, profundas y extensas de lo que a veces podemos ver o ser consientes. A veces sentimos que llegar se demora porque el medio parece ser muy largo. En un punto, parece ser un lugar dónde aparece la amnesia espiritual y olvidamos las promesas que desde un inicio nos llenó de fuego y nos dijimos a nosotros mismos: "Esto va a ser increíble, nada me detendrá, seré indestructible porque el Señor me dijo que...".
Y parece que cuando escuchamos o leemos las promesas que Dios nos regala, Dios se escucha bien. Se siente bien saber que alguien como Él dice lo que dice, con la seguridad que lo dice y como logra asegurarte algo que no pasa. Pero, ¿y si se demora? Dios, ¿qué pasó con tu agilidad para comunicar, con tu voz de trueno que me animó? ¿Cambiaste de opinión? Es que, aquí en el medio las cosas no parecen estar muy congruentes con lo que me dijiste aquel día.
Dios sabe lo que dice, no titubea cuando abre la boca, no se pone nervioso y no trata de arreglar las cosas mientras volteamos a mirar, no llena de fe el corazón cuando más lo necesitamos y luego dice: "Sabes creo que exageré".
Dios siempre va más allá, siempre se esfuerza un poco más, siempre da la milla que se necesitaba para que fuera perfecto y llegara a su potencial. ¿Qué seria de nosotros si tuviéramos un Dios que promete cosas y sí... Las cumple, pero luego de decirlas dice: "Bueno, te toca a ti descubrir como llegar allá, nos vemos en la meta, cuídate... Saludos". Dios no solo es alguien que se sube a la tarima, da un discurso que emociona a todos y se baja, se va y solo podemos saber de él en Instagram (Jajaja).
Dios es un Dios de principios, de finales; pero también de intermedios. Él te lleva hacia el lugar que te dijo, te guía, en los altos del inicio, en la emoción de ver la promesa, en el principio, cuando el tanque está lleno. Él también está en las líneas monótonas, cuando el sentido se pierde y parece que tú también. En los bajos, las derrotas, cuando caes a la lona y el tanque parece estar casi vacío. Dios, como hizo con Abraham, no lo sacó de su casa, su país, su vida normal, diciéndole lo que iba a hacer con él y luego no se supo sino hasta el capítulo 25 donde se vio que Dios cumplió. Dios lo acompaño en cada etapa y hoy, con tu vida como está, dónde está y hacia dónde está yendo, también es así.
Quiero que sepas que Él nos acompaña en la mitad, él es el Dios del medio. Lo más importante para Él no es el final porque ya sabe como terminará, ni tampoco el comienzo porque sabe que inició. Él quiere que sepas que está en todo lo que ocurre contigo durante ese trayecto. En la mitad de estos dos grandes sucesos. Tienes un Dios que está concentrado trabajando en ti. Su estrategia no es ser elocuente y luego terminar siendo un embustero porque le creíste, pero ahora ya no pasa nada y te dejo metido cuando renunciaste a todo por Él. Dios es igual de constante, seguro, claro y cercano justo ahora, como en el inicio.
Él es tu Dios, el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob... y el tuyo. Quizás a nosotros se nos agota el combustible en le camino, pero a Dios no. No se le ha agotado hoy, no se le ha agotado la paciencia, no se le agotó la fuerza, no se cansó de ti, no lo desesperas. Él sí sabe qué hacer contigo y sabe qué hace hoy.
Acerca de este Plan
¿Qué pasa en el medio del camino? Cuando sabes que no estás comenzando, que llevas tiempo esperando y sientes que estás en el medio de lo que Dios prometió. O, si parece que hasta ahora estás comenzando, pero realmente estás en el medio de ello. ¿Qué hace Dios mientras tanto? Mientras que en el medio parece que no se mueve nada de lo que Él dice, o no lo vemos, acompáñame estos días. ¡Dios esta contigo!
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