Andrés

¿Cuántas personas conocemos en nuestra vida? Seguramente hay muchas personas que están cerca de ti, personas “comunes” que no llaman mucho la atención. Andrés, hermano de Pedro, es lo que llamo "el hombre promedio".

Andrés es como la persona que viaja por la ciudad en el bus al lado tuyo. Andrés conduce la camioneta de una empresa. Es taxista. Andrés trabaja en el mercado. Andrés es un servidor en la iglesia. Está recibiendo a la gente, o en el estacionamiento. Andrés viene temprano, prepara las instalaciones, maneja el sonido o la computadora.

Andrés es la persona que para muchos puede pasar desapercibido, pero que en realidad suele estar donde tiene que estar, hacer lo que tiene que hacer, está atento a lo que pasa a su alrededor, y es un “visionario” de oportunidades.

En nuestro pasaje de Juan 1:35-42, leemos de su primer encuentro con Jesús. Vemos una interacción que lo convence a dejar todo y seguirle. Y, aunque no sabemos que sucedió en esos siguientes instantes, sí sabemos que la decisión de Andrés resultó en que el fuera el primer eslabón en una cadena espiritual.

Andrés se convirtió en el primer discípulo de Cristo…pero no el último. No solo eso, sino que no espero ni un momento en “traer a Simón (su hermano) a Jesús”.
Andrés no intentó cambiar a su hermano o convencerlo. Sabía que él no podía hacer nada, pero Jesús podía transformarlo todo.

En Juan 6:5-9 y Juan 12:20-26, Andrés nos vuelve a demostrar que hay muchas oportunidades a nuestro alrededor, solo tenemos que estar atentos y tomarlas. Él era una persona simple: Amaba a Dios, amaba a las personas y buscaba formas de presentarlas mutuamente.

¿A quién estás trayendo contigo a Jesús? ¿Qué oportunidades hay en tus relaciones diarias de tu trabajo, tu colegio, tu familia que necesitan que les muestres a Jesús?

Ver capítulo 3