Venir al aposento altoMuestra

Ven al aposento alto y ten cuidado

Jesús sabía que Su tiempo de ministerio público estaba a punto de terminar. Las sombrías nubes de tormenta del mal estaban concentradas en Jerusalén, y Sus enemigos acérrimos, ayudados por la información privilegiada de Su discípulo Judas, lo arrestarían en pocas horas. Pasó esas horas cuidadosamente, dejando a Sus discípulos poderosos recuerdos de un humilde lavatorio de pies, la última cena de Pascua y la primera Eucaristía.

Y les enseñó. En un lenguaje dolorosamente claro les mostró lo que les esperaba como discípulos, intentando prepararlos para los ataques por venir de Satanás y sus huestes de maldad. Tuvo unas palabras de advertencia especiales para Su estudiante impetuoso, Simón Pedro, quien presumió esa noche que él nunca dejaría a Jesús: “El Señor dijo también: «Simón, Simón, Satanás ha pedido sacudirlos a ustedes como si fueran trigo; pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando hayas vuelto, deberás confirmar a tus hermanos»” (Lucas 22:31-32).

Bueno la fe de Simón falló. Satanás lo zarandeó y negó a su Salvador tres veces. Pero Jesús restauró su fe, su antiguo trabajo y por el resto de su vida humildemente y sin miedo llevó a cabo un ministerio de perdón y restauración a otros pecadores.

No desperdicies esta temporada de Cuaresma. Permite que las palabras de advertencia de Jesús se registren en tu mente y corazón. Estás bajo ataque demoníaco también. Pero deja que las palabras de gracia de Jesús, de Su amor incondicional te inspiren a amarlo de nuevo.