UNA COSAMuestra

UNA COSA TE FALTA.

UNA COSA TE FALTA, le dijeron a una señora que había estado por meses planeando el viaje de su vida. Tenía una lista de cinco países para visitar, preparó sus maletas, su cámara para sacar las mejores fotografías, viajó desde su casa al aeropuerto el cuál estaba a cinco horas de viaje. Y, cuando finalmente llega al aeropuerto, pasa al mostrador para hacer su Check in. Un joven le dice: Señora una cosa le falta. ¿Qué piensan ustedes que era lo que le faltaba? No era un gorro para su viaje, no eran lentes oscuros, no era un suéter. Era lo más importante, el documento que permite a un ciudadano de determinado país entrar y salir a otros países: PASAPORTE.

Imagínate tú perder el gran viaje porque una cosa te falte, y es que es solo una cosa, pero es la más importante. Hoy hablaremos de un joven que perdió el viaje más emocionante de su vida, la mejor aventura que pudo haber experimentado y todo porque le faltaba UNA COSA.

Pues como leeremos este joven vio a Jesús como un maestro, pero no lo veía como Dios. Pero este joven sí se ve a sí mismo como una persona muy justa. Aunque tenía la duda de cómo heredar el reino de los cielos. Jesús quiere confrontar la falsa perspectiva que este joven tenía de sí (él creía ya haber guardado todos los mandamientos), entonces Jesús le va a decir: UNA COSA TE FALTA.

¿Qué le faltaba?

Sí era una persona rica, se había acostumbrado a acumular para sí mismo. Jesús en esta escena lo invita a compartir todo lo que tiene, pero no solamente esto sino que Jesús le está dando la oportunidad de ser sabio. ¿Por qué?

En otras palabras lo que Jesús le está diciendo es: Cambia lo perecedero, por lo que no perece. Cambia lo corruptible, por lo incorruptible. Cambia el hierro por el oro.

Jesús le dice claramente, vende y da todo lo que tienes y sígueme…

SI te sabes la historia, él dijo NO, NEL , NONES, NOT.

¿Cuál debió haber sido la respuesta de este joven? l misma del hombre y el mercader de las parábolas de Jesús (leerás esto en los pasajes de hoy)

Pero en resumen, estos dos hombres de la parábola, sabían el valor de lo que habían encontrado por eso estuvieron dispuestos a venderlo todo. Quizá nosotros estemos como el joven rico, viendo a Jesús como un Buen Maestro, pero no como el Dios Todopoderoso que es. No entendemos el valor del reino, el valor de seguirle y por eso no estamos dispuestos a dejarlo todo.

Reflexión:

Mientras tanto seguimos atesorando el hierro que parece oro, pero despreciando el oro puro, vamos tras cosas efímeras, pero no por lo que trasciende. ¿Me está pasando esto a mi?

Oración: Señor ayúdame a ver Tu belleza. y lo mucho que ya has hecho por mí, que mi corazón esté dispuesto a seguirte no importando lo que tenga que dejar. Amén